La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) tardará un año más en concluir la ampliación del muelle petrolero de Moín, en Limón, que arrancó en mayo de 2012.
Una enorme capa de arcilla que encontraron durante la construcción del rompeolas provocará el atraso en la agenda de este proyecto, que debía estar listo este mes, pero que registra[[BEGIN:INLINEREF LNCPGL20140717_0004]] un avance del 45%[[END:INLINEREF]] y concluiría hasta junio del 2015.
Este hallazgo también aumentó el presupuesto y, en lugar del costo inicial de $96 millones, ahora pasó a unos $98 millones.
“A esto no podemos llamarlo atraso; se trata de un imprevisto natural, usual en las obras de ingeniería y construcción. Es común que suceda”, explicó Sara Salazar, presidenta de Recope.
El proyecto de ampliación del actual muelle petrolero en la zona limonense está a cargo de la empresa ICA-MECO. Para iniciar se contempló el dragado en el sitio de al menos 1,9 millones de metros cúbicos de material.
El diseño plantea extender el rompeolas norte y construir cuatro duques de atraque, cuatro de amarre (dos en mar y dos más en tierra) y una plataforma para carga.
En el nuevo puerto se podrán descargar productos como crudo, gasolina, diésel y jet A-1 (combustible de avión). Mientras el actual atracadero permite solo la llegada de buques pequeños con 30.000 toneladas de hidrocarburos, la nueva planta podría recibir barcos con hasta 80.000 toneladas.
Distintas etapas. La constructora ya concluyó las obras de dragado del canal de acceso, del área de maniobras y el dársena.
Leonel Altamirano, gerente de Desarrollo del proyecto, explicó que actualmente se está en el proceso de construcción del rompeolas, con un avance del 34%.
Además, ingresaron los pilotes para la construcción de los duques de alba de atraque, para los de amarre y los de la plataforma de carga. Ya se concretó la inspección de los brazos de carga, los cuales llegarían a finales de agosto.
Según Altamirano, las casetas de seguridad están listas en un 80% y las carreteras de acceso al muelle registran un 67% de avance. Para evitar el deterioro de los pavimentos, estas vías serán finalizadas cuando se concluya el rompeolas.
Sorpresa. De acuerdo con Altamirano, las etapas de la ampliación iban acorde al cronograma hasta que apareció la capa arcillosa.
Previo a ese descubrimiento, el nivel de desplante de esa estructura estaba a 16 metros de profundidad con respecto al lecho marino.
“La aparición de este lente de arcilla –y luego de hacer estudios más profundos sobre este espacio– nos obligó a llevar el rompeolas aún más abajo: pasó de 16 metros a 22 metros”, explicó el gerente.
Esto obligó al consorcio encargado ICA-MECO a reconsiderar el diseño de las obras. Al final, optaron por pasar de un rompeolas de tres capas a uno de cinco capas.
Una vez terminado el rediseño, los ingenieros procedieron a localizar los nuevos materiales, los cuales están siendo transportados desde Río Frío, Guápiles y Siquirres hasta Moín.
“Todo este cambio (los estudios de geotecnia y el rediseño) originó una ampliación de $2,1 millón en el costo. Primero se estimó en $96 millones y ahorita va a costar unos $98 millones, que son pagados mediante bonos ”, detalló Altamirano.
El incremento presupuestario y el retraso en el plazo estipulado fueron sometidos a la aprobación de la Junta Directiva de Recope.
Para este proyecto, la empresa adjudicada mediante un contrato firmado en el 2012, se encarga de revisar y adecuar la ingeniería básica, además de suministrar los materiales y equipos.
Además tendrá que elaborar un proceso de transferencia tecnológica para operar el nuevo muelle.