Juan Fernando Lara S.
El estancamiento costarricense en su velocidad de acceso a Internet promete extenderse durante tiempo indefinido, pues el Gobierno se declaró sin los fondos necesarios (al menos $868 millones), para tejer una red robusta de enlaces basados en fibra óptica, explicó Marcelo Jenkins, ministro de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones.
“Tenemos un impacto bastante negativo porque hoy todas las economías del mundo migran hacia la economía digital; es decir, todas las transacciones físicas de antes ahora se están echando a andar digitalmente. La falta de banda ancha nos impide dar ese salto más rápido”, comentó Jenkins, quien admite que Costa Rica invirtió en cobertura, no en velocidad.
En Costa Rica, explicó, hay 1.448.000 abonados a servicio de electricidad, pero menos de un 12% tiene Internet fijo y muchos menos banda ancha.
De acuerdo con el Plan Nacional del Desarrollo de las Telecomunicaciones, Costa Rica tiene como meta que al 2021 haya conexiones disponibles en el país de al menos 20 Mbps, según la referencia que hoy usa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Para Jenkins, la forma de lograr eso en tres años es permitiendo que las empresas de telecomunicaciones locales y extranjeras inviertan, porque el Gobierno carece de los fondos necesarios para crear suficientes enlaces de fibra óptica.
El ministro opina que empresas como Telefónica, América Móvil y el Instituto Costarricense de Electricidad no pueden hacer más y mejores inversiones con sus ingresos actuales, que él considera “insuficientes”.
En ese sentido, abogó también porque Sutel haga una declaratoria efectiva de mercados en competencia, para así estimular más y mejores servicios, variar el esquema de cobro por descarga de una tarifa plana a otro sistema y trabajar con empresas de redes fijas para propiciar el negocio de instalar fibra óptica, una gran oportunidad, según el jerarca, incluso por lejana que hoy parezca.