Al formular las políticas públicas de eficiencia energética, el Minae dejó por fuera a seis integrantes del subsector, entre ellos el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Aunque conforman el Consejo Subsectorial de Energía, a los seis miembros ni siquiera se les pidió opinión o propuestas. Luego validaron las directrices, mas no participaron en su formulación.
Esa es una de las más graves fallas que reveló, en el informe DFOE-AE-IF-05-2014, la Contraloría General de la República (CGR). El órgano estudió qué tan razonables son las políticas del Estado para regular el crecimiento de la demanda energética y analizó en qué medida se cumplió con las acciones previstas para lograr un consumo más eficiente.
Una crítica es que el Plan Nacional de Desarrollo (2011-2014) solo establece una responsabilidad directa del Minae, que resulta ser “muy general” y estar basada en “mera difusión”. El resto de metas caen en manos de la cartera de Transportes o de generadores de energía renovable.
Según la CGR, ese texto que debía servir como marco orientador del Gobierno respecto a políticas públicas, carece del diseño de planes, programas y proyectos.
El VI Plan Nacional de Energía (2012-2030) sacó nota roja: no evidencia cuáles acciones son prioritarias para mejorar la eficiencia energética y no analiza si estas son viables o cuál sería su impacto.
¿Qué es lo que se pretende generar entre el 2020 y el 2030 con tales acciones? Eso no lo define en forma concreta el plan del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Según el informe, las autoridades de la Administración pasada, lideradas por el ministro René Castro, no ejecutaron muchas de las acciones contenidas en el IV Programa Nacional de Conservación de Energía (2012-2015): no creó acuerdos para financiar compras de equipos eficientes o implementar proyectos de energías limpias.
Otro fallo: la Comisión Nacional de Conservación de Energía no se reúne desde el año 2007.
Sin articulación. La situación general, según la CGR, propició acciones desarticuladas que limitaron el cumplimiento de las metas de eficiencia y debilitaron el compromiso de los miembros del sector. Al ente contralor le resultó imposible medir la eficacia de las acciones pues “no existe metodología o indicador de impacto”.
Según René Castro, exjerarca de Ambiente, hay “problemas de comunicación interna en la CGR”. Sostuvo que la misma CGR ordenó hace unos 10 años al Minae eliminar de los presupuestos las partidas para ahorro y eficiencia energética. Luego, agregó, eliminó incentivos para quienes se sumaran a planes de eficiencia.
“La CGR ha ignorado el trabajo de los indicadores de eficiencia. Las intensidades del consumo energético muestran tendencias decrecientes, de mejora: se consumen menos kilovatios por cada $1.000 producidos”, manifestó Castro.
Édgar Gutiérrez, ministro de Ambiente, coincide con la CGR en las deficiencias señaladas. Dijo, asimismo, que en abril del 2015 estará listo el nuevo plan energético.