La caída de ceniza tras las recientes erupciones del volcán Turrialba han obligado a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) a lavar el cableado eléctrico en las zonas altas de Coronado, en San José.
Luis Fernando Andrés, director de Distribución de Energía de la CNFL, confirmó que, entre el viernes y sábado anteriores, varias comunidades sufrieron interrupciones del servicio eléctrico por varias horas.
Los desperfectos se produjeron, según Andrés, por la acumulación de ceniza en los aisladores eléctricos y fusibles, en barrios como calle Chocó, las Nubes y Monserrath.
Por esta razón, la empresa destinó una cuadrilla para limpiar cerca de 12 kilómetros de cableado en esos sectores.
“El objetivo es evitar acumulaciones mayores de ceniza que dañen los equipos y produzcan cortes de electricidad (...). Hasta ahora la afectación por este asunto del volcán ha sido mínima”, manifestó Andrés.
La limpieza del cableado se realiza con una máquina especial que permite aplicar agua a presión a las líneas eléctricas sin tener que suspender el servicio en las comunidades.
“Si no hacemos esta limpieza de ceniza tendríamos problemas de conexión más grandes, más adelante”, manifestó el funcionario.
De acuerdo con el Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Costa Rica (Ovsicori), la erupción del viernes 20 de mayo elevó una columna de ceniza de 3.000 metros y fue la tercera expulsión más importante desde el punto de vista sísmico en el periodo 2014-2016.
Según los registros de la CNFL, hasta ahora han sido cambiados tres aisladores eléctricos y “varios” fusibles producto de la ceniza.
Cada aislador tiene un costo de $30, aproximadamente.
Las labores de mantenimiento en Coronado concluirían esta semana. Luego, las cuadrillas de la Compañía harían la misma tarea en los cantones de Santo Domingo y Moravia.
Carreteras. El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) informó de que la caída de material volcánico no ha provocado daños en las vías ni tampoco se ha tenido que enviar a asear calzadas.
Erick Acosta, del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), expresó que, la entrada de la época lluviosa, aunado a la caída de ceniza, podría complicar la visibilidad de los conductores.
El especialista aseguró que para que la carpeta asfáltica se ponga resbalosa sería necesario una cantidad muy grande de ceniza.
En ese caso, añadió Acosta, el agua provocaría que esos residuos volcánicos se transformen en un “tipo de lodo”.
“Las condiciones de manejo cambian cuando hay ceniza por cuestiones de visibilidad. Por ejemplo, hace tres días usted manejaba por barrio México y parecía que había neblina”, comentó Alonso Castro, funcionario del Cuerpo de Bomberos.
Los expertos también recomiendan verificar, en estos días, el estado de llantas y frenos.