El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) pospuso la decisión sobre si sacrificar a no a Max, un perro que mordió a un niño de 11 años el pasado 2 de setiembre.
Así lo confirmó esta mañana, Allan Sánchez, director de la región metropolitana del Senasa, quien explicó que el perro se someterá a la valoración de tres expertos.
Según Sánchez, la decisión se le comunicará formalmente a los dueños de Max la próxima semana y en los días siguientes el perro sería movilizado a un centro de adiestramiento puesto a la disposición del Senasa por dos organizaciones protectoras de animales.
"Con base en las valoraciones de tres expertos se determinaría si es rehabilitable y si se sometería a todo un entrenamiento. En caso afirmativo, la familia tendría que acceder a someterse al proceso educativo", explicó Sánchez.
"Si el perro tiene buen pronóstico y sale adelante, pero la familia no pone de su parte, no se sacrifica, pero si se pondría en adopción para que lo asuma una familia que le dé las condiciones que él requiere", añadió.
Según calcula Sánchez, el diagnóstico tardaría unas dos o tres semanas y la decisión del Senasa se emitiría en un mes, aproximadamente.
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