Cada año, 1,2 millones de llantas viejas pasan a formar parte del paisaje urbano en ríos, lotes baldíos y calles de todo el país.
Según Rodrigo Marín Rodríguez, coordinador del Programa de Control de Vectores del Ministerio de Salud, aquí solo se le da tratamiento al 20% de los neumáticos que se comercializan cada año.
Ese tratamiento consiste en convertirlos en pacas para estabilizar terrenos, geomembranas para rellenos sanitarios, generar energía para plantas cementeras o transformarlos en polvo de caucho para pistas y asfalto.
Esos 1,2 millones de llantas viejas son una cifra conservadora que se convierte en una bomba de tiempo sanitaria y ambiental.
Los neumáticos en desuso son los criaderos preferidos de los zancudos transmisores de enfermedades; entre ellas, dengue, chikunguña y zika. De hecho, un 25% de todos los criaderos son llantas, informó Marín.
Además, están hechas de materiales potencialmente tóxicos que tardan hasta 600 años en degradarse en el ambiente.
La gerenta médica de la Caja, María Eugenia Villalta, dijo que están evaluando reactivarlas.
Una organización como Fundellantas recolecta al año 3.500 toneladas de ese producto, de las 25.000 que ruedan por todo el territorio nacional, informó Ramón Salas, director ejecutivo.
Son esfuerzos notables, pero todavía insuficientes.
El Ministerio de Salud aspira a elevar el porcentaje de tratamiento a mediano plazo.
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Aunque el país tiene un Reglamento de llantas en desuso desde febrero del 2007, y otro con la declaratoria de residuos de manejo especial donde las llantas ocupan el primer lugar, no será sino hasta ahora que una norma técnica intentará poner más orden.
Eugenio Androvetto, director de Protección al Ambiente Humano del Ministerio de Salud, explicó que la norma busca la implementación del ‘principio de responsabilidad extendida del productor´, establecido en la Ley para la Gestión Integral de Residuos (junio del 2010).
Tal principio lo que quiere decir es que los productores o importadores tienen la responsabilidad del neumático en todo el ciclo de vida de este, incluyendo la fase posindustrial y de posconsumo.
“Las llantas fueron declaradas residuos de manejo especial, pues implican riesgos significativos para la salud y la degradación del ecosistema. Por eso, requieren salir de la corriente normal de residuos ordinarios.