Mientras entre enero y octubre de 1994 se registraron 27 casos de personas afectadas por la bacteria Haemophilus influenzae tipo B, que provoca la meningitis y otras infecciones, en el mismo período de este año la cantidad subió a 48 --uno de los cuales murió--, detectaron especialistas del Hospital Nacional de Niños.
Ese incremento, del 56,2 por ciento, es preocupante pues revela una tendencia contraria a la ocurrida entre los años 1993 y 1994. Al comparar ambos años, se observó una disminución de enfermos, precisó Adriano Arguedas Mohs, infectólogo que labora en ese centro asistencial.
De los 48 pacientes atendidos en los primeros 10 meses de este año, la mayoría sufrió meningitis, aunque también se diagnosticó otro tipo de infecciones producidas por el mismo agente.
La reducción experimentada en 1994, según el especialista, aparentemente obedeció a que muchos padres accedieron a comprar la vacuna para sus hijos, la cual tiene un costo cercano a los ¢3.000 por dosis (se requiere una protección básica de tres dosis y un refuerzo a los 15 meses).
Sin embargo, en 1995 disminuyó esa vacunación, a tal punto que, de acuerdo con sus cálculos, se aplicaron cerca de 3.300 vacunas menos que en 1994.
Aunque el tema es recurrente, Arguedas Mohs insistió en la urgencia de que el país realice un esfuerzo tendiente a proteger a la población infantil contra este microorganismo. Esta inoculación --añadió-- los protege además contra otitis (infecciones del oído medio), artritis séptica, epiglotitis (infección del epiglotis), neumonías, celulitis, entre otras infecciones.
El médico es del criterio de que deben planearse estrategias de vacunación con el propósito de que también aquellas niños procedentes de hogares de bajos ingresos tengan la opción de ser inoculados.
Pero a pesar de la preocupación del infectólogo, las autoridades sanitarias consideran que esta vacunación es sumamente cara y no representa un prioridad para la actual administración.