Hasta el 2007, el fondo del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), administrado por la Caja, registraba un superávit; es decir, tenía muchos más ingresos que gastos.
Sin embargo, luego de ese año, una cadena de malas decisiones colocó en el filo de la navaja esos dineros aportados por todos los contribuyentes del régimen de pensiones más importante del país.
Los responsables de esas decisiones todavía están en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), trabajando en total impunidad desde la Dirección Actuarial, denunció Juliana Martínez , experta en políticas sociales y exmiembra de la comisión de notables que analizó la crisis de la Caja.
Por eso, para la especialista, la mesa de diálogo que discutirá la eventual reforma al IVM, está mal planteada.
“Desde mi punto de vista, es una mesa de negociación que está mal planteada, porque está absolutamente controlada por las personas y el ‘chofer’ que llevó a esta situación”, dijo.
Esta mesa, integrada por representantes patronales, laborales y estatales, inició funciones esta semana, de cara a presentar una propuesta de reforma a la Junta Directiva de la Caja a más tardar el 17 de julio.Sin escatimar palabras, Martínez calificó la situación de “negligencia técnica”.Martínez fue una de las panelistas en la tercera edición de Visionarios 20/20, dedicada a revisar la crisis de la seguridad social.
Este evento es organizado por La Nación, la Universidad Latina de Costa Rica y la constructora H. Solís. La actividad se realizó la noche del jueves.
Cadena de errores
A enero de este año, el fondo del IVM superaba los ¢2,15 billones, según los estados financieros de ese régimen.
Martínez, quien planteó ante los asistentes un análisis de la situación del IVM realizado de junto a otros investigadores, descarta que el impacto del envejecimiento o del mercado laboral informal tengan relación con la crisis que han advertido diferentes informes a lo largo de los últimos años.
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El más reciente, fue elaborado por actuarios de la Universidad de Costa Rica (UCR) a solicitud de la Caja.
"¿Por qué tenemos ese cambio tan dramático a partir del 2007? Se empiezan a producir pérdidas muy grandes en los ingresos al IVM. En ese momento, IVM le compró títulos valor al seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM), sin negociar.
"(En esa negociación) perdió ¢3.000 millones de impuesto de renta, del cual IVM está exento. Más o menos ¢9.264 millones de una estampida hipotecaria porque IVM decidió aumentar las tasas de interés de créditos hipotecarios en el 2011 cuando aún estaban los efectos de la crisis del 2009.
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"Incorporó en proyección dineros de ganancias de utilidades públicas que no tenía. Y, además, congeló la base contributiva por lo cual las personas contribuimos al IVM. Paralelamente, aumentó la pensión mínima por encima de la inflación, también la pensión máxima, e introdujo cambios en las reglas de cálculo para facilitar la jubilación", dijo Martínez.