El incremento en la cantidad de casos de virus respiratorios provocó que el Hospital Nacional de Niños se declare en estado de emergencia, pues se encuentra con su capacidad al tope.
Así lo confirmó el director de ese centro médico, Orlando Urroz, quien aseguró que el 50% de los pacientes que son ingresados son enfermos por virus respiratorios, de los cuales un 80% se está viendo afectado con el virus sincicial respiratorio.
Esto representa más de 150 pacientes internados por este tipo de males en las últimas semanas.
Además, según Urroz, la gran mayoría corresponde a menores de un año, a quienes el virus está afectando con mayor intensidad.
El médico agregó, que el 90% de los pacientes ingresados en cuidados intensivos, se debe a complicaciones respiratorias como neumonías.
El hospital cuenta con alrededor de 300 camas, de las cuales a este martes se mantenían ocupadas unas 287.
Esta situación obliga al centro médico a implementar una serie de medidas de contingencia, como adaptar otros servicios para la atención de pacientes críticos, incluso de servicios como infectología o camas quirúrgicas han sido equipados para atender pacientes críticos.
Urroz añadió, que además debieron solicitar la aprobación de tiempos extraordinarios y recurso adicional para terapistas respiratorios y personal de enfermería y enfatizó que "los servicios críticos están llenos".
Asimismo, el día de mañana tienen prevista una reunión con los directores de los hospitales metropolitanos, en la cual pedirán apoyo específicamente en aumentar la cantidad resolutiva con el fin de que al Hospital de Niños lleguen aquellos casos con mediana complejidad.
El encargado del centro médico, hizo un llamado a la población para que no deje de lado las medidas de prevención, para evitar que estos virus sigan afectando a las poblaciones más vulnerables.
Urroz consideró que los ticos se han olvidado de las medidas de higiene como el lavado de manos y el protocolo de tos y estornudo, asimismo pidió tener especial cuidado en evitar aglomeraciones y utilizar cubre bocas si algún adulto está enfermo para no contagiar a los más pequeños.