Este jueves, Austelina Agüero, de 93 años, hizo un viaje de casi cinco horas entre Nicoya (Guanacaste) y San José con la esperanza de que aquí le operen la cadera que se fracturó hace tres semanas en su casa, en Nandayure.
La falta de anestesiólogo y ortopedista en el Hospital La Anexión, de Nicoya, fue la razón de su traslado.
Esta señora, quien cumplirá 94 años el 29 de enero, tuvo que soportar intensos dolores y correr el riesgo de contraer una infección durante las tres semanas que permaneció internada sin mayor tratamiento.
Austelina estaba, la mañana del jueves, en el servicio de Emergencias del Hospital México, adonde ingresó procedente de Nicoya acompañada por dos de sus hijos.
Reina Elizondo, su hija, comentó que su mamá todavía es una señora muy fuerte. "Ella todavía espera salir de esto", aseguró.
El 22 de diciembre, después de la siesta del mediodía, Austelina se levantó a tomar su cafecito de la tarde y se cayó. Ahí empezó el martirio. Es la primera fractura que sufre en toda su vida, confirmó Reina.
La familia, inmediatamente, la trasladó de Nandayure al servicio de Emergencias del Hospital La Anexión, en Nicoya.
Ahí la internaron, pero le advirtieron a los parientes que no la podían operar. Primero les dijeron que solo había un anestesiólogo disponible para atender todas las necesidades del hospital. Luego, indicaron que el único ortopedista había tomado vacaciones.
"Tenemos una torre médica de primer mundo, pero sin personal suficiente para atender todas las necesidades", reclamó Elizondo. Dicho edificio fue inaugurado el año pasado.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invirtió alrededor de ¢18.000 millones en la torre y prometió 48 plazas para reforzar los servicios.
Según anunció la Caja en junio, a propósito del inicio de operaciones de la torre, la institución tenía programado el fortalecimiento de los servicios en Nicoya, no solo con la renovación de infraestructura, sino también con más plazas para especialidades de Ortopedia, Geriatría y Ginecología.
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"En el hospital pasamos toda la Navidad y el 31 (de diciembre) con la esperanza de que el 2 de enero la pudieran operar. ¿Cómo es posible que pase esto?, le pregunto a las autoridades de la Caja. No es solo mi mamá. Ahí había un montón de señoras con problemas parecidos. Muchas se pusieron muy mal y les dijeron que ya no las pueden operar porque les dio neumonía y se infectaron", comentó Reina minutos después de haber dejado internada a su mamá en el Hospital México.
Antes de hacer su viaje de vuelta a casa, dejó a Austelina encomendada a dos de sus hermanos que viven más cerca y pueden estar con ella el tiempo que permanezca internada.
La fe, asegura Reina, es que su mamá pueda ser operada para que regrese pronto a Nandayure.
Colaboró la fotoperiodista Melissa Fernández