La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) dispone de ¢500 millones para afrontar las primeras secuelas del paso del huracán Otto en los servicios de salud de las zonas más afectadas.
Esos dineros son parte de un fondo de emergencias institucional y de ser necesario podrían aumentar, informó este lunes Daniel Quesada, del Comité Central de Emergencias de la CCSS.
Hasta ahora, la institución no reporta mayores afectaciones a la infraestructura sanitaria en Upala y Bagaces, los dos cantones más afectados por el fenómeno climatológico de la semana pasada.
Los dos Ebáis de Upala que se inundaron funcionan desde este lunes en el hospital móvil —de campaña— que instaló la Caja desde el fin de semana.
La gerenta médica de la institución, María Eugenia Villalta Bonilla, confirmó el envío de 11 equipos médicos que trabajan en la zona afectada.
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Atención de enfermos
Los médicos, enfermeras y técnicos de atención primaria, entre otros, serán los responsables de visitar a las personas ubicadas en albergues para detectar posibles enfermedades.
En estos casos, los pacientes serán remitidos, si es necesario, a los centros de salud de la comunidad.
Hasta ahora, solo un brote de diarrea en niños se ha reportado en el albergue de Popoyuapa, Upala, pero ya está bajo control, confirmó María del Rocío Sáenz, presidenta ejecutiva de la Caja.
Los servicios en Upala fueron reforzados con alrededor de 30 personas, entre médicos, enfermeras y funcionarios de redes; de San Carlos y Guanacaste.
Según Sáenz, 90% del personal del Hospital de Upala también se convirtió en víctima directa del huracán, pues estos empleados sufrieron daños en sus casas.
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