El vicario pastoral de la Arquidiócesis de San José, presbítero Guido Villalta Loaiza, fue separado de sus labores administrativas tras hacerse pública una denuncia judicial que afirma que es padre de un joven de 13 años nacido de una relación que tuvo por largo tiempo con una mujer casada.
El sacerdote Daniel Blanco, vicario general de la arquidiócesis, aseguró que, de comprobarse los hechos, Villalta habría cometido "una falta moral muy grave".
Además de romper su promesa de castidad, Villalta habría sido el sacerdote que casó a la mujer con la que supuestamente luego tuvo un hijo.
De acuerdo con las autoridades eclesiásticas, Villalta presentó su renuncia como vicario pastoral el 31 de julio, luego de comentarle al arzobispo de San José, José Rafael Quirós, la situación.
Quirós lo mantuvo en su puesto y no fue sino hasta este miércoles 7 de diciembre, cuando se publicaron extractos de la denuncia en Diario Extra, que el arzobispo lo separó del cargo. Sin embargo, la arquidiócesis explica que la separación ya estaba programada para este miércoles para ser dada a conocer en un convivio del clero.
Según el vicario Blanco, el arzobispo Quirós se reunió "hace dos semanas" con un hombre que denunció que el menor que crió durante su matrimonio era en realidad hijo biológico de Villalta.
Blanco agregó que el hombre dijo haber interpuesto una demanda en contra de su esposa debido a que, como parte de un proceso de divorcio, ella solicita una pensión alimentaria para su hijo. Si el proceso prospera, el denunciante no tendría que pagar esa pensión.
A Villalta no se le ha iniciado un proceso según el Derecho Canónico por este caso.
La Nación no ha podido contactar al sacerdote para hablar de este tema.
El arzobispo Quirós anunció que no se referiría a esta situación.
Entrevista con el sacerdote Daniel Blanco, vicario general de la arquidiócesis de San José
¿Don Guido aceptó la paternidad?
Él espera enfrentar esta situación con quien tenga que hacerlo. Él se ha puesto a las órdenes para que la investigación se realice.
¿Él reconoció la relación con la señora?
Él esa conversación no la tuvo conmigo, sino con el arzobispo.
¿Por qué se mantuvo en su cargo?
Estaba en un proceso de administración.
Usted dijo que cuando hay un proceso, los sacerdotes se separan, pero no fue así en este caso...
Sí, estaba en un oficio que ya no era un oficio de orden administrativo ni como el que tenía anteriormente, estaba en frente del proceso pastoral que era necesario culminar.
¿Era necesario separarlo?
Era necesario, pero cuando llegara el momento oportuno.
¿Cuándo lo era?, ¿cuando la prensa lo dijera?
Cuando cumpliera los 50 años de ordenado, hasta el 16 de diciembre (A Villalta le tenían una actividad de aniversario de ordenado la otra semana, pero se canceló).
¿Desde cuando no tiene relación absoluta con la iglesia?
La va a seguir teniendo porque es un sacerdote de la arquidiócesis de San José, pero no tiene un cargo desde el día de ayer.
¿Cómo se dieron los hechos?
Las fechas exactas no las conozco. Sé que en el mes de julio (Guido Villalta) comunicó que había sido requerido para la impugnación de una paternidad, que prefería renunciar como encargado pastoral.
Monseñor le acepta la renuncia y le pide que mientras logra nombrar a alguien que se encargue del plan pastoral que siga colaborando; fue una decisión administrativa del arzobispo.
Específicamente el proceso propiamente no ha iniciado judicialmente; existe una denuncia y una notificación para que se haga presente, pero todavía no hay un juicio.
Si el asunto es grave como ustedes lo tildan, ¿por qué se mantuvo en su cargo desde julio?
Hay varias situaciones. Primero, que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Segundo, cuando hay alguna situación de estas la iglesia generalmente va quitando facultades al sacerdote, en ese caso, al padre ya se le habían quitado, estaba colaborando con el plan pastoral y por su experiencia fue una decisión administrativa pensando en el bien mayor. Se pensó en mantenerlo hasta estas fechas que es cuando hay cambios de sacerdotes.
Pero lo separan ayer y ayer él era no era culpable...
Curiosamente, ayer era la fiesta de Navidad del clero.
¿Tiene la Iglesia grados de tolerancia y ustedes vieron en esta la oportunidad de ser más tolerantes?
Fue una situación de orden administrativa en la que el arzobispo consideró que por el bien del camino pastoral de la arquidiócesis que el padre continuara hasta este mes.
¿Lo permitieron?
No puedo decir más de lo que le estoy diciendo.
¿Cuál es el mensaje a la congregación?
Creo que... que hay un elemento de derecho fundamental. Que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario.