Luego de casi tres años de discusión, el proyecto de Ley Orgánica del Banco Central y sus reformas --que incluye la apertura del monopolio estatal sobre las cuentas corrientes-- llegará por fin al plenario legislativo, pues anoche la comisión encargada de revisarlo lo dictamó afirmativamente.
Ayer, tras una sesión que tardó nueve horas y media, los diputados socialcristianos Rodolfo Méndez Mata, Alexánder Salazar y Mario Carazo, y los verdiblancos Saúl Weisleder, Antonio Alvarez Desanti y Carmen Valverde dieron su respaldo el proyecto. El legislador del partido Fuerza Democrática, Rodrigo Gutiérrez, se retiró momentos antes de culminar la reunión.
La iniciativa se dictaminó pese a la oposición que aún manifiesta un sector del liberacionismo y de la amenaza de los sindicatos de los bancos estatales de ir a huelga si el plan sigue adelante. Ayer precisamente los empleados bancarios realizaron una manifestación frente a la Asamblea Legislativa, de 11 a.m a 1 p.m.
A las 6:35 p.m, el silencio reinó en la comisión de reformas financieras al llegar el momento de discutir los puntos más polémicos: la apertura de las cuentas corrientes y el redescuento.
¿Qué pasó?
Horas antes, los parlamentarios de los partidos mayoritarios ya habían negociado la propuesta en una sesión a puerta cerrada; por eso no fue de extrañar que todos los presentes levantaran su brazo para indicar el voto afirmativo immediatamente después de leída las mociones que permitían el acceso de la banca privada a estos beneficios.
Por el resultado de la votación, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) parece ser el que cedió más terreno, pues hasta hace unas semanas habían manifestado su discrepancia con la propuesta presentada por el diputado verdiblanco Ottón Solís, y apoyada por la fracción liberacionista, que fue el planteamiento que anoche se aprobó casi intacto.
Esta iniciativa establecía que para administrar cuentas corrientes y acudir al redescuento los intermediarios privados deberían destinar parte de los recursos de sus captaciones a sectores que generalmente no tienen acceso al crédito, con una tasa de interés más baja que la de mercado. Esto con sus propios medios o los de las entidades estatales.
Según trascendió en fuentes políticas, el PUSC habría avalado este plan presionado por la necesidad de cumplir con el pacto Figueres-Calderón y aparentes presiones de grupos empresariales. No obstante, legisladores de ambos partidos saborearon la aprobación de las reformas financieras.
"Hoy los bancos privados tienen instrumentos que no tenían, pero también obligaciones propias de Costa Rica", dijo el diputado Solís.
Por su parte, el socialcristiano Méndez Mata, a la pregunta de por qué apoyaron los condicionamientos para obtener estos beneficios cuando antes se habían negado, contestó: "Hemos visto con respeto la decisión del Partido Liberación Nacional de romper este monopolio de las cuentas bancarias".
El proyecto quedará en firme el próximo lunes y luego pasará al plenario para su discusión en sesiones extraordinarios en agosto, cuando se espera que esté aprobado.