Cuatro partidos políticos comparten un común denominador en la Asamblea Legislativa: constituyen el frente que se interpone entre el presidente Luis Guillermo Solís y su deseo de aumentar los ingresos del Gobierno mediante un aumento de ciertos impuestos.
Por diversas razones, estas agrupaciones obstaculizan la propuesta de Casa Presidencial de transformar el tributo de ventas en un impuesto sobre el valor agregado (IVA), con lo que se gravarían servicios que hoy están exentos; y de incrementar el tributo de renta a las personas que más ganancias obtienen.
Se trata de las fracciones legislativas de los partidos Unidad Social Cristiana (PUSC), Frente Amplio (FA), Liberación Nacional (PLN) y Movimiento Libertario (ML).
En ninguna de ellas calan del todo bien los proyectos de ley del Poder Ejecutivo sobre el IVA y la renta, pues tienen dudas sobre la necesidad y las intenciones de cobrar más dinero para el Gobierno sobre los bienes, servicios y réditos de las actividades económicas.
Negativa total. En el caso del PUSC y el PLN, la negativa a discutir sobre el aumento de los impuestos es total, pues alegan que el gobierno de Solís primero debe dar señales claras de que pretende controlar el gasto del dinero público.
Rolando González, diputado verdiblanco, advirtió de que su partido no invertirá tiempo en analizar el plan fiscal, aunque este tiene similitudes con el que presentó el gobierno anterior, de su partido (con Laura Chinchilla como mandataria), sobre todo en la introducción del IVA.
“No votaremos ninguno de los dos proyectos de impuestos ni votaremos un trámite rápido, puesto que el Gobierno no ha dado muestras fehacientes de reducción del gasto público”, comentó el legislador.
En el PUSC, si bien comparten con el PLN un fuerte reclamo por más austeridad, también cuestionan el cambio tributario que Zapote propone.
Según la socialcristiana Rosibel Ramos, quien dirige la Comisión de Asuntos Hacendarios y tiene en sus manos el trámite del debate fiscal, esa agrupación considera que la creación del IVA afectará la clase media, la cual se vería obligada a pagar más impuestos sin que se le retribuya, como sí sucedería con las clases más bajas en el estrato económico, a cuyos hogares el Gobierno les devolvería ¢44.000 mensuales por lo que pagarían de impuesto al valor agregado.
“Ese plan va directamente sobre la clase media baja, no es viable para el Partido; no lo votaríamos”, dijo la diputada Ramos.
Con la introducción del IVA se gravarían servicios como los de alquileres, gimnasios, abogados, médicos y centros educativos. El Gobierno además quiere subir la tasa de un 13% a un 15%.
Tanto el PUSC como el PLN resienten que el Gobierno no proponga iniciativas más agresivas para controlar los pluses salariales de los empleados del sector público, por ejemplo.
Tasa baja. Aunque sus opiniones son generalmente opuestas, el Frente Amplio y el Movimiento Libertario coinciden en sus dudas sobre el IVA.
Tanto el FA como el ML se niegan a aumentar la tasa a un 15%, tal como lo quiere el Gobierno. Empero, mientras los frenteamplistas se inclinan por mantener el 13% del impuesto actual, los libertarios apuestan por bajarlo a un 10%.
Para Otto Guevara, del ML, sería suficiente con ampliar los bienes y servicios sujetos al impuesto, tal como lo busca hacer el proyecto.
La otra coincidencia entre las fracciones de izquierda y derecha es negarse a gravar los servicios de educación y salud, en todas sus formas, incluidos hospitales y centros de educación de índole privada.
En cuanto a renta, se plantea crear dos tramos más, del 20% y del 25%, a los salarios más altos y, además, exigir el impuesto a las cesantías mayores a ocho años.
En diciembre, el Ejecutivo alegó que se aproxima una emergencia fiscal y que requiere la ayuda de la oposición para aprobar los planes tributarios.
El viceministro de la Presidencia, Luis Paulino Mora, considera positivas las posiciones sobre el IVA, y cree que para superar el cerco hay que pensar bien en los tiempos de discusión.
“El Gobierno está dando señales, por ejemplo en mejor recaudación”, dijo, para agregar: “El Gobierno da señales de austeridad, pero hay gastos fijos en el Presupuesto y se compra mucho en el mercado. Qué efecto tendría, por ejemplo, que el Gobierno no compre más periódicos. Hay que tomar eso en cuenta”.