Tras cinco años en el ministerio de Hacienda, la viceministra Jenny Phillips Aguilar decidió dejar su cargo por los desacuerdos con el actual titular, Fernando Herrero.
Venía pensando en la renuncia desde hace casi dos meses.
Desde su punto de vista, cuando en una institución se presentan roces entre un jefe y su subalterno, a este no le queda otra opción que irse. Y eso fue lo que ella hizo.
Reticente a revelar los motivos de sus diferencias con Herrero –con quien asegura tener una “amistad de muchos años”–, Phillips habló ayer con
Al final de la entrevista telefónica, esta abogada, de 55 años, aceptó que últimamente no era tomada en cuenta en la grandes decisiones del Ministerio de Hacienda.
En mayo regresará a trabajar como directora de Admisibilidad de la Defensoría de los Habitantes.
Lo único que le podría dar es la copia de la carta de renuncia.
Él y yo tenemos una amistad de muchísimos años. Tenemos diferencias y es mejor que no sean más profundas; mejor dejarlo aquí.
Es preferible que no. Yo estoy totalmente de acuerdo con la reforma (tributaria), son discrepancias administrativas que tenemos. Tenemos derecho a tener enfoques diferentes. El ministro es él y, por lo tanto, aquí a quien le toca irse es a mí (...) Yo soy la viceministra, ¿a quién le va a tocar irse? Al segundo.
No. Soy muy respetuosa de la señora. Lo único que le pedí fue una audiencia para decirle: ‘Señora, estoy renunciando’ y agradecerle la oportunidad que me dio.
No te voy a contestar. Yo respeto la amistad que tengo con Fernando. Precisamente y para que la amistad se mantenga, ¿para que vamos a tener discusiones? Jamás.
Tengo que ser sincera, no lo sé.
Yo me quiero mucho, demasiado, y creo que lo único que uno tiene es el nombre. Lo único que yo tengo que buscar es sentirme tranquila conmigo misma (...) En estos últimos meses he estado enfermísima, he tenido gastritis, colitis, he estado muy fregada y tampoco vale la pena que yo me enferme.
No, no. Tal vez es la tensión nerviosa de que si las cosas no salen bien, como uno quisiera, entonces uno se pone medio fregadilla.
Yo soy liberacionista, pertenezco al PLN desde que tenía 14 años.
(Se ríe) No te voy a decir nada. Eso es crueldad para mí; soy una liberacionista socialdemócrata.
(Se ríe) Yo soy muy respetuosa de la ley. En la Defensoría hay una prohibición legal para participar en política.
Si las oportunidades se ven y son para llenar realmente el espíritu, porque le dan a uno oportunidad para trabajar por el bien de las personas, está bien.
Yo estoy a favor de la reforma fiscal, el proyecto es integral. Las reformas al Código Tributario van a ir cerrando ciertos huequitos que tiene la legislación donde los mismos contribuyentes aprovechan para no pagar los impuestos como corresponden. ('). Además, la reforma a la renta y la reforma al IVA, transformándolo, y la ampliación de la base. Yo creo que eso haría que el país funcione muchísimo mejor.
Yo prefiero no contestarte eso.
Porque no (sonríe).
No, no. Yo creo que, que' eh, eh, eh' digamos, no, no, no, prefiero no contestar eso, prefiero no contestar eso. Como Ministerio de Hacienda, nosotros estamos llevando un proyecto, somos uno solo y como tal estamos vendiendo un proyecto en el que, por el fondo, yo estoy totalmente de acuerdo.
Tampoco te digo que es en la forma. Cada uno mata las pulgas como mejor puede. ¿No es cierto?
Los dos somos buenos amigos y como buenos amigos que somos llegamos a un acuerdo de que yo renunciaba y listo. Cuando en un lugar hay diferencias, ¿qué te queda?
Hay diferencias y cuando hay diferencias uno se va.
Sos un gran malo, ¿verdad?
Sí, sí, ahí está. Yo no necesariamente estaba participando en la toma de decisiones importantes. Diay, hay diferencias, ahí están.