Pablo Barahona Kruger, nuevo embajador de Costa Rica ante la Organización de Estados Americanos (OEA), no ve con preocupación los recelos de los países del ALBA, como Venezuela y Ecuador, hacia este órgano continental. Para él, más bien esta es una invitación a discutir para mejorar el organismo y jamás para debilitarlo.
El abogado, de 36 años, además sostiene que Costa Rica está abierta a discutir la liberalización de las drogas en la región, pero bajo un enfoque amplio, que ponga la salud pública como eje central. Ello, no obstante, no significa que para el país ese debate sea una prioridad.
¿Se están formando bloques claramente definidos en la OEA?
Los focos de poder en las Américas, al igual que el resto del mundo, han sufrido variaciones, los que estudiamos ciencias sociales decimos que la única regla permanente sea el cambio permanente. Yo veo países soberanos que ejercen un liderazgo dependiendo de la personas que lo representan, pero no necesariamente del posicionamiento de bloques, sino de intereses que empujan más en un sentido que otro dependiendo de los temas que se presentan en ese foro.
Hay países que tratan de bajarle el piso a la OEA como foro americano. Venezuela están tratando, junto con otros países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América), de crear un organismo paralelo. ¿Qué opina usted?
Pienso que es un reto muy interesante en el que se encuentra la Organización de Estados Americanos. Sin duda, el lanzamiento de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos) y del Caribe como una instancia deliberativa, no como una instancia ejecutiva, viene a complementar los esfuerzos de la OEA.
”Más allá de la historia que precede a la Organización de los Estados Americanos, y que dista mucho de la historia más reciente de la Celac, pienso que no solo Venezuela, sino los países del ALBA ciertamente lanzan un reto interesante para la Organización de Estados Americanos, pero no compiten. Pienso que son organizaciones que se complementan y, en ese tanto, buen ejemplo es que Costa Rica preside en este momento la Celac y sin embargo eso no nos resta presencia en la Organización de los Estados Americanos”.
Ecuador ha atacado el Sistema Interamericano de Derechos Humanos ( en junio alegó que Estados Unidos lo financia en contra de países del ALBA y propuso limitar el financiamiento de la Relatoría para la Libertad de Expresión ). ¿Qué opina usted sobre esta posición de Ecuador?
Estamos dispuestos a discutir sobre el Sistema Interamericano todo lo que implique fortalecimiento, jamás debilitamiento. Pienso que Ecuador tiene posiciones argumentadas que se reciben y se respetan y que nos permitirán en un futuro cercano fortalecer el sistema y no debilitarlo. Ahí se ha exacerbado un poco la aprensión sobre los argumentos que hacen los países del ALBA.
”No lo veo con preocupación, lo veo como una invitación a discutir sobre un sistema exitoso de derechos humanos hemisféricos, pero que, desde luego, admite como cualquier creación humana mejoras”.
El presidente Solís ha dicho que no está dispuesto a discutir internamente una liberalización de las drogas, pero que externamente cree que el tema sí debe ser debatido...
El presidente lo que ha establecido es que la discusión viene bien. Es una discusión que, sin embargo, en Costa Rica no se ha iniciado abiertamente y que debe propiciarse y que, en ese tanto, también estamos dispuestos a acompañar los esfuerzos de Guatemala, en propiciar diálogo sobre estos temas.
¿Ve válido que se abra la discusión en la OEA sobre la liberalización de la droga?
Costa Rica sostiene que es un tema que debería abordarse desde la salud pública, no solo desde la seguridad pública e, insisto, que debe abordarse multilateralmente, no con esfuerzos aislados, y aislados no solo territorialmente, sino temáticamente.
”No se trata de poner más policías, de ampliar las cárceles, endurecer la leyes penales, estas fórmulas tan simplistas que han fracasado. Hay que sumar varios componentes y el abordaje preventivo, educacional y desde la salud pública es central en todo esto.
Esto es un tema que ya está flotando en el ambiente y Costa Rica se sumará al diálogo y a las propuestas concretas para que los temas progresivamente se vayan resolviendo”.
¿Tiene sentido la prohibición del tráfico de drogas?
La opción de prohibición o de liberación en un solo país tiene efectos muy limitados. Más allá de discutir país por país, lo que hay que hacer es discutir regionalmente porque, si no, lo que usted hace es trasladar el turismo de drogas de un país a otro (...). El presidente Solís lo tiene sumamente claro y por eso mi encargo como embajador de Costa Rica es sumamente sensible en esta materia.
¿Entonces la legalización de drogas es un tema que Costa Rica está dispuesta a discutir en la OEA?
Bueno la legalización de drogas no se está planteando. Se está discutiendo como un tema de salud pública, eso es lo que Costa Rica está planteando. Costa Rica no se opone a la discusión multilateral de los temas que traen otros países, es decir, Uruguay acaba de implementar un ensayo legislativo y entonces es lógico que estos países planteen un poco de la experiencia, pero Costa Rica no está propiciando esta discusión ni es un tema que este gobierno ha analizado como prioritario para los Estados Americanos.
Volviendo al tema de política regional, ¿se imaginaría usted una OEA con una sede fuera de Washington, en Centroamérica, o en el sur de América? ¿En un sentido simbólico por la presión y reclamos del ALBA?
No lo veo en un plazo inmediato plasmado en la mesa de prioridad. Las sedes son un asunto marginal y hay que reconocer que la sede en Washington implica mayor facilidades para el despliegue diplomático de la Organización de los Estados Americanos en cuenta las facilidades que da el mismo gobierno norteamericano, que es uno de los grandes contribuyentes. Pero nada está escrito en piedra en las organizaciones.