El fuerte lobby de activistas en favor de la legalización de las parejas homosexuales intenta presionar a los candidatos presidenciales para que definan con claridad si la apoyan o no.
En la población general, sin embargo, el 58% opina lo contrario, según la encuesta de la empresa Unimer para este diario, con base en entrevistas hechas en junio, mientras el debate político ardía con el tema de las parejas gais.
Solo un tercio considera necesario que los aspirantes expongan su opinión en ese tema y otros asuntos sensibles desde la moral y la religión, como la fertilización in vitro (FIV).
Para ser precisos, es el 31% de la muestra total. Este grupo cree necesario que se manifiesten políticos como Johnny Araya (PLN), Rodolfo Hernández (PUSC), José María Villalta (Frente Amplio), algunos de los candidatos ya confirmados para las elecciones de febrero.
Del diputado evangélico Justo Orozco, candidato de su Partido Renovación Costarricense (PRC), no será necesaria ninguna definición: él es un abanderado contra los “proyectos de la muerte”, como llama a los planes que atentan contra la ortodoxia religiosa.
En este momento, hay varios proyectos que pretenden dar reconocimiento legal a las parejas del mismo sexo. Incluso hay una propuesta de recoger más de 160.000 firmas, las necesarias para presentar un plan legislativo que habilite el concepto de “matrimonio” para parejas homosexuales.
Además, en diciembre pasado, la fertilización in vitro fue objeto de una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra Costa Rica, por prohibirla.
Ahora, sin embargo, los diputados debaten una ley que la permita y regule, pero existe un enfrentamiento en torno a los detalles de esa legislación.
Mientras tanto, Costa Rica sigue desobedeciendo la orden de la Corte de permitir este método de concepción humana.
¿Quiénes? Son los hombres los que más piden a los candidatos definir sus posiciones sobre estos temas.
De igual manera, esta postura se enfatiza en la población de más recursos, pues en este grupo el porcentaje sube a 39%, diez puntos más que en el grupo de los menos adinerados.
Es también la gente con más estudios la que se muestra más proclive a ligar estos temas sensibles con la campaña política.
Al separar la muestra según su voto en las elecciones presidenciales del 2010, son los seguidores de Ottón Solís los que más esperan una definición clara de los candidatos (un 42% de ellos).
En cambio, solo un 29% de los que votaron por la ahora presidenta Laura Chinchilla considera necesario que en esta campaña los aspirantes presidenciales se inclinen por un “sí” o un “no” frente a las parejas gais o la FIV.
Lo han dicho. La mayoría de los candidatos ya han expresado sus opiniones sobre estos temas.
José María Villalta (Frente Amplio), Rodolfo Hernández (PUSC) y Johnny Araya (PLN), dijeron favorecer la legalidad de las uniones del mismo sexo, aunque este último expresó su rechazo a usar la palabra “matrimonio”. “Jamás”, advirtió Araya en diciembre .
En el Partido Acción Ciudadana (PAC) aún no hay un candidato oficial, pero los cuatro precandidatos se han manifestado en favor de reconocer a las parejas gais. Ellos son Juan Carlos Mendoza, Luis Guillermo Solís, Epsy Campbell y Rónald Solís.
Ahora solo hay un problema: este tema no lo define un residente sino los diputados. Y a los aspirantes diputadiles nadie les ha preguntado nada.