Las realidades y las dinámicas políticas son muy diferentes, pero cinco cantones de Costa Rica comparten algo importante: podrían pasar casi dos décadas a cargo de un mismo alcalde.
Es el caso de San Carlos (Alajuela; San Pablo y Sarapiquí (Heredia), Montes de Oro (Puntarenas) y Guácimo (Limón).
Un mismo alcalde ganó en su respectivo cantón los comicios del 2002, del 2006 y del 2010, y pretenden reelegirse en las elecciones del 7 de febrero.
Son situaciones semejantes a la de Johnny Araya, alcalde de San José hasta el 2013, cuando renunció para ser candidato presidencial y puso fin a 22 años en el puesto. Antes del 2002 fue ejecutivo municipal, cargo homólogo. Araya define ahora si aspira y con qué partido.
Hay un sétimo político que ganó todos los comicios: Wílbert Martín Aguilar, de la Unidad Social Cristiana (PUSC), en Atenas, pero en el 2011 le fueron retiradas las credenciales por pagos irregulares a una empresa constructora.
Otros lograron mantenerse en el cargo y quieren más. Así está Alfredo Córdoba, de Liberación Nacional (PLN), en el cantón más grande del país, San Carlos, con un grave problema de pobreza, pero buena nota en gestión municipal.
A su lado se halla Sarapiquí, gobernado desde el 2002 por el también liberacionista Pedro Rojas, aspirante a la reelección. Está a cargo del cantón peor evaluado de Heredia, con baja competitividad y bajo desarrollo humano, según el Fichero cantonal , publicado por el Instituto de Formación y Democracia (IFED), del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Le va mejor a San Pablo, bajo el mando de la alcaldesa Aracelly Salas (PUSC), con notables mejorías en la gestión municipal y en el desarrollo humano, a pesar de un deterioro en pobreza y tareas pendientes con las finanzas del Ayuntamiento, dice el documento del IFED.
El liberacionista Álvaro Jiménez, el “alcalde récord”, dice haber hecho muchas obras, aunque el documento señala que Montes de Oro “debe mejorar todos sus indicadores” pues se expone a la “vulnerabilidad social”. Una curiosidad: la participación electoral está muy por encima del promedio tico.
En el caso de Guácimo, se habla de “posiciones comprometedoras”, con desafíos sociales, económicos y de gestión municipal. Su alcalde, Gerardo Fuentes (PLN), admite un efecto negativo por la situación precaria de la economía limonense.