El presidente del Congreso, Luis Gerardo Villanueva, duda de la conveniencia de comprar el edificio de la empresa MIRA S. A., ubicado en Zapote, para trasladar allí a la Asamblea Legislativa.
Este edificio cerca de la Casa Presidencial se había convertido en la primera opción del congresista para solucionar los problemas de espacio que tiene entre manos en el Parlamento.
Sin embargo, luego de objeciones de diputados, arquitectos e incluso el exmandatario Óscar Arias, la idea de comprar el inmueble empieza a perder fuerza.
“Hay una idea mayoritaria de seguir con el centro cívico. La idea es trasladarnos al edificio de Zapote, o a algún otro; eso sí, continúa, siempre que podamos trasladarnos con plenario y comisiones, y entonces, construir en terrenos propios el nuevo edificio central”, dijo Villanueva.
Lo cierto es que ya abierto el debate y con la participación de los diputados y emitidas opiniones como la de Arias, renace el impulso para que el Congreso se sitúe dentro del llamado circuito cívico.
El circuito lo componen los edificios del Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Biblioteca Nacional y el Parque Nacional, el Ministerio de Cultura y Juventud y la Cancillería.
El congresista agregó que su nuevo plan podría integrar los terrenos del Congreso donde estaban los edificios Lahm, demolidos la semana anterior por orden del Ministerio de Salud. El terreno está junto a la Asam blea Legislativa actual.
Villanueva agregó que la prioridad sigue siendo desocupar cuanto antes la sede actual, pero esto no implica “necesariamente” la compra del edificio, valorado por el Ministerio de Hacienda en $25 millones, y por el cual, el Congreso recibió una oferta de $23,5 millones.
¿Y quién compraría el edificio de Zapote para que lo alquile el Congreso? Eso tampoco está en firme.
En un principio se manejaba la opción de que fuera el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), pero Villanueva ya entabló conversaciones con el Banco de Costa Rica (BCR) para este mismo propósito.
Este plan, que está vigente desde abril del 2008, cuando el Congreso firmó un contrato con el BCIE, planteaba el arrendamiento de un edificio construido por el banco, por al menos 15 años.
Luego de vencido el plazo, se pretendía que la Asamblea comprara el inmueble.
Ahora las cosas cambiaron; ya no se sabe el plazo de un eventual alquiler, tampoco hay seguridad si lo construirá el BCIE o el BCR, y tampoco si luego de adquirido por alguno de los bancos, el Congreso lo comprará o no.