Las puertas del que alguna vez fue el teatro El Ángel en el centro de San José cederán ante el mazo y el empuje de la maquinaria para dar paso a la que será la nueva casa del Congreso.
En esa misma calle, otras cinco edificaciones que albergaban un bar, tiendas “americanas” y otra de ropa talla grande, completan la lista de inmuebles ubicados a un costado de la plaza de la Democracia que fueron adquiridos por la Asamblea Legislativa y que serán demolidos próximamente.
“Todas las compras se hicieron con avalúo de Hacienda y con revisión ante el Contencioso y Administrativo Civil de Hacienda. El costo total fue de ¢2.357 millones”, explicó el director del Departamento de Servicios Generales de la Asamblea, Luis Fernando Chacón.
Por ahora, las construcciones están cerradas y se cortaron los servicios públicos. Solo una de ellas está en uso, ya que alberga la Dirección de Ujieres del Congreso, agregó el funcionario.
La adquisición de los edificios es un paso más en el largo camino que han recorrido la Asamblea Legislativa y el Banco de Costa Rica (BCR) en sus planes para levantar la nueva sede.
Dos semanas atrás, la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) aprobó los permisos de viabilidad ambiental para el proyecto, que cuenta con un financiamiento de $76 millones mediante un fideicomiso administrado por el BCR.
“Estamos a derecho con los requerimientos ambientales. Con esto nos vamos a la Oficina de Edificaciones Nacionales para el sello correspondiente. A partir de allí, el fideicomiso arrancará los proceso de licitación para la construcción”, agregó Chacón.
Largo camino. La compra de estos inmuebles representa uno de los pasos más firmes en el plan del nuevo Congreso, que desde 1949 ha debatido, sin éxito, múltiples proyectos sobre su sede, pero que no pasaron de ser maquetas.
De hecho, el actual edificio donde sesionan los diputados es una iniciativa a medio terminar del gobierno de León Cortés (1936-1940), pero era para alojar Casa Presidencial.
Con el paso de los años se fueron sumando otros inmuebles que ahora componen la planta física de la Asamblea; estos se han dañado al punto de que, desde el 2005, el Ministerio de Salud insiste en ordenar su cierre.
Hoy día, la Administración del Congreso alquila seis edificios para dar cabida a todo su personal administrativo, con un costo anual de ¢679 millones.
Obstáculos. El proyecto en cuesta de Moras no las tiene todas consigo. La Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura se opone al plan pues asegura que afectará edificios patrimoniales.
Sobre esta situación, el presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, afirmó que el objetivo de la actual legislatura es cumplir con la construcción de una sede moderna, pero cumpliendo los límites de la ley.
“Se trata de una necesidad que este país tiene, dadas las serias carencias que la infraestructura legislativa presenta y el monto de alquileres, la llamada de atención del Ministerio de Salud y el plazo de 18 meses que nos impuso la Sala IV para resolver las malascondiciones de trabajo”, resaltó en conferencia de prensa la semana pasada.
Mora adelantó que la demolición de los edificios comprados iniciará en marzo próximo.