El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) le rechazó a la Unidad Social Cristiana (PUSC) la cuarta parte de los gastos que reportó haber tenido en la campaña presidencial del 2014.
Los magistrados avalaron el 72% de los comprobantes de pago que sumaban casi ¢940 millones y negaron el reembolso del 28% restante, equivalente a más de ¢360 millones.
Principalmente, a los socialcristianos se les rechazó recibos de combustible que fueron pagados por un tercero en nombre de la agrupación, lo cual prohíbe la legislación electoral.
Los partidos solo pueden suscribir ese tipo de contratos de intermediación para gastos de propaganda, transporte de personas, funcionamiento de comités locales y para la organización de plazas públicas.
En otros casos, también negó el desembolso debido a que las facturas se cancelaron antes de que el PUSC girara los recursos a los intermediarios, o bien, a través de tarjetas de crédito o porque no estaban a nombre de la agrupación.
Según TSE, en los dos últimos casos, la Unidad no logró comprobar que esos recibos se cancelaron “con recursos propios del partido”, lo cual se prestaría para “legitimar capitales”.
“Considérese que la figura del intermediario podría servir de vehículo para el cambio o la mutación del dinero obtenido en eventuales actividades ilícitas, por bienes o servicios objeto del contrato, cuyo costo sería luego reembolsado al intermediario por la agrupación política y de esta forma los recursos invertidos serían legitimados a través de la figura contractual”, señala la resolución del pasado 31 de agosto, que no cuestionó el Partido.
Al respecto, el secretario general del PUSC, Rodolfo Piza, niega que haya existido dolo por parte de la agrupación y argumenta que todo se debió a falta de experiencia por parte de las personas que manejaron los gastos.
Piza asegura que el Partido no contó con una estructura administrativa que se encargara de las finanzas por falta de dinero durante la campaña, sino que delegó esa tarea en las estructuras provinciales.
“Lo que pasa es que (los dineros) entran de muchas fuentes, de pequeños donantes, entonces, es muy difícil en una campaña tan compleja. Hay mucha gente que dona y no queda claro ya en los últimos días de campaña y es normal. Nosotros aceptamos la resolución (del TSE)”, expresó Piza.
Otros yerros. El TSE también rechazó facturas porque incumplían los lineamientos del TSE.
En algunos casos no se aportó el número de teléfono del proveedor o el consignado era incorrecto, mientras que, en otros, los datos eran incorrectos o no se presentó el contrato.
El TSE tampoco autorizó recibos (en el menor de los casos) de contratistas que negaron haberle dado servicios al Partido o que aseguran haber cobrado menos de lo reportado.
Situación positiva. Piza asegura que el porcentaje rechazado está dentro de lo normal y que el PUSC queda fuerte y sin deuda. Sin embargo, reconoce que quienes podrían perder son las personas que compraron bonos de deuda política, pues la no aprobación del 28% de los gastos ocasionó que esos certificados solo adquieran el 90% de su valor real.
Al final, la Unidad recibirá unos ¢780 millones de los ¢940 millones a los cuales tiene derecho, pues se le deben descontar ¢155 millones de la deuda que se le giró de manera anticipada. Aunque la agrupación dispone de otros ¢417 millones para gastos de organización y capacitación.