En medio de uno de sus repetidos llamados a aprobar nuevos impuestos, el presidente Luis Guillermo Solís soltó un dato que cree suficiente para satisfacer la exigencia de los opositores de mayor austeridad: el presupuesto público del 2016 no crecerá en términos reales.
En términos nominales, el plan de gastos aumentará un 0,5% en relación con el que rige en este 2015, que había crecido un 19% frente al del 2014.
Pero si se descuenta el efecto de la inflación, el presupuesto más bien se reducirá en más del 2%, explicó de inmediato el viceministro de la Presidencia, Luis Paulino Mora.
El tema se tocó al final del acto de celebración del Día del Régimen Municipal, ayer en Miramar de Montes de Oro.
No fue una salida antojadiza del Presidente. El asunto fiscal fue el desenlace del discurso en el que volvió a comprometerse con la descentralización de poderes ante el sector municipalista, incluso mediante la transferencia de dinero.
Además de su ya recurrente mención a la necesidad de aumentar los tributos, se atrevió a presentar como señal de austeridad el porcentaje de crecimiento (o de decrecimiento) del Presupuesto General de la República para el 2016, el cual deberá presentar este martes a los diputados para discusión.
El mandatario declinó precisar detalles sobre los sectores más afectados por el estancamiento del presupuesto, aunque sí señaló que intenta proteger la seguridad pública y la educación, en línea con el aumento del 7,38% de aumento del presupuesto para universidades públicas.
Una señal. Esta semana, el mandatario aseguró que quedará muy poco margen de recortes a los diputados que integran la Comisión legislativa de Asuntos Hacendarios, a cuyo cargo está la revisión del presupuesto antes de elevarlo al plenario para la aprobación, según la teoría.
El año pasado esta aprobación no se alcanzó y el entonces presidente legislativo, Henry Mora, acabó dándole trámite por decisión propia, razón por la cual fue reprendido por la Sala Constitucional.
Esto ya no podría suceder pues ni Mora ni ningún otro oficialista preside la Asamblea Legislativa. Tampoco el Partido Acción Ciudadana (PAC) preside la Comisión de Hacendarios y hay una mayor presión por austeridad, como un requisito para aceptar la discusión de nuevos impuestos, como desea Solís.
“Se ha hecho un esfuerzo mucho mayor al que siempre se hace para garantizar que hay voluntad de ser absolutamente austeros en todos los sectores por parejo”, dijo Solís al final del acto.