La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla; Mauricio Funes, de El Salvador; Álvaro Colom, de Guatemala, y Ricardo Martinelli, de Panamá, así como el vicepresidente de República Dominicana, Rafael Alburquerque, y el viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega, firmaron una “declaración especial” para reincorporar a Honduras al sistema de integración.
El único ausente ayer fue el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien no dio mayores explicaciones, según dijo el mandatario anfitrión, Mauricio Funes.
Ortega ha sido el único opositor a la reincorporación de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana (SICA) pues cuestiona la forma como el actual presidente de ese país, Porfirio Lobo, llegó al poder como sucesor de Roberto Micheletti.
Micheletti derrocó al amigo de Ortega, Manuel Zelaya, el 28 de junio del 2009, y luego de un espinoso proceso de elecciones, abandonó el poder tras asumir sus funciones Lobo, el 27 de enero pasado.
Desde entonces, los presidentes centroamericanos, a excepción de Ortega, habían impulsado la reincorporación de Honduras al organismo regional.
Consultado por prensa local sobre la ausencia de Ortega, Funes declaró: “El Presidente de Nicaragua debe dar las razones por su ausencia. Es una nación soberana y ellos sabrán por qué no asistieron”.
Tras el acuerdo de ayer para aceptar a Honduras formalmente en el foro presidencial, la mandataria Chinchilla reiteró su satisfacción, al tiempo que dijo a este medio que lo ocurrido ayer “era lo que se imponía”.
En tanto, el mandatario panameño, Ricardo Martinelli, destacó que ahora a Honduras “no solo se le abren las puertas de Centroamérica, sino de toda Latinoamérica”.
Finalmente, Funes, recalcó que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, presente también en San Salvador, hará los esfuerzos necesarios para reincorporar a Honduras en la plenitud de sus derechos como miembro del organismo regional.
El acuerdo avalado ayer por los jefes de Estado y sus representantes incluye una serie de políticas de cooperación en materia aduanal, así como el desarrollo de programas de ayuda económica con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que anualmente representan transacciones por unos $6.600 millones.