El presidente, Luis Guillermo Solís, prometió ayer que su gobierno le dará un uso transparente a los $24 millones (más de ¢13.000 millones) que China le donó al país de manera sorpresiva esta semana.
“Estos recursos no son de uso discrecional; serán utilizados para realizar proyectos contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo, con transparencia, con rendición de cuentas. No le impediremos saber al pueblo de Costa Rica en qué proyectos se le beneficiará con estos recursos”, afirmó el mandatario en un comunicado de prensa.
Solís insistió en que esta donación solo constituye un punto más en la nueva etapa de relaciones entre el país y China.
Antes de su primer encuentro con el mandatario asiático, Xi Jinping, celebrado el martes pasado, el gobernante costarricense dijo que la relación entre ambos países debía ir más allá de los regalos para convertirse en un nexo estratégico.
Ayer, Solís defendió la aceptación del dinero chino con el argumento de que no hay ninguna condición de por medio y, a la vez, aludió a hechos ocurridos en los primeros años del establecimiento de la relación con China, durante los gobiernos de Óscar Arias (2006-2010) y Laura Chinchilla (2010-2014).
“No estamos hablando acá de acuerdos secretos que incluyen la obligación de Costa Rica de no rendir cuentas, no se está dando a cambio de una refinería o una carretera. Nada de eso, esa no es la política de esta administración. Yo no me prestaría para semejante cosa”, dijo el gobernante.
“La relación con China ha cambiado, no es la continuación de la política de administraciones anteriores y eso marca una diferencia de cómo se usaban los fondos de cooperación en el pasado”, añadió.
El Gobierno todavía no especifica en qué utilizará los $24 millones. Solo ha dicho que serán invertidos “de manera responsable” en proyectos incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo de esta administración.
Este Gobierno cuestionó el contrato de préstamo que la administración Chinchilla firmó con China para ampliar la carretera 32, entre Pococí y Limón, así como el convenio que firmó la de Óscar Arias para construir una nueva refinería en Moín. Tanto es así que Solís abogó por renegociar ambos.
El gobierno de Arias también mantuvo en secreto datos sobre $300 millones que China invirtió en bonos de deuda pública.