El Gobierno insiste en la necesidad de una refinería que venga a modernizar la vieja planta que se encuentra en Moín, Limón, y con ese propósito llamó a un grupo de expertos que le ayudaran a encontrar un “plan B” para salvar la iniciativa.
En el grupo estaba Litleton Bolton, nombrado ayer nuevo presidente de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
El ministro de Comunicación, Carlos Roverssi, recalcó ayer que el proyecto de $1.500 millones sigue siendo una prioridad para la administración de Laura Chinchilla, a la que le quedan poco más de ocho meses de gestión.
En este tiempo, Bolton deberá presentar debidamente definido ese “plan B”, con el propósito de subsanar los errores sobre estudios de factibilidad que detectó la Contraloría General de la República y que publicó el 20 de junio.
La principal anomalía anotada por la Contraloría fue que Soresco, la empresa conformada por Recope y la firma china CNPC para darle vida a la refinería, contrató a otra compañía relacionada con esta última para realizar los estudios de viabilidad.
Aunque está contra el tiempo, “el Gobierno no va a cambiar de criterio, podemos revisar los mecanismos”, dijo Roverssi.
Mientras tanto, en Recope afirman que solo esperan que Bolton asuma para que se reactive el plan, según señaló por medio de la oficina de prensa el gerente de la institución, Jorge Rojas.
“Se está a la espera de que se incorpore el nuevo jerarca para iniciar esa negociación. Mientras tanto, se ha estado trabajando en equipos para responder al planteamiento que dio el ministro rector (René Castro) como lineamiento para el trabajo del ‘plan B’”, señaló Rojas.