Para el diputado y fundador del PAC, Ottón Solís, si la jefatura de fracción de su bancada no revierte la medida de prestar plazas de asesor al PUSC, entonces “eso es corrupción”.
Así lo advirtió el legislador, desde el 23 de junio, en una nota que envió a la jefa de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), Emilia Molina.
Consultado por La Nación , Solís dijo que no sabía que eran siete plazas las que se prestaron a la Unidad, y tampoco conocía que se hubieran dado códigos de asesor al Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE) ni a la presidencia de la Asamblea Legislativa.
“Esto va contra el compromiso de austeridad y el de transparencia. Si decimos que ahorramos en asesores y por debajo de la mesa se negocia con otros partidos, poniendo como pago por esas negociaciones esos recursos públicos, entonces se está fallando a la transparencia”, dijo Solís.
Según el fundador de la agrupación política, los diputados tomaron un acuerdo, hace cerca de un mes, para que se revierta la decisión, pero hasta la fecha no se hizo.
Al saber que Rafael Ortiz, jefe de fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), negó que se le hayan pedido los asesores, Ottón Solís lo consideró “curioso”, porque él mismo conversó con el socialcristiano sobre el tema.
Esta no es la primera vez que dentro del PAC se da un desacuerdo por motivos de austeridad y ética en el manejo de los recursos.
En la primera fracción del partido, en el 2002, ocho diputados se separaron de la bancada por buscar una modificación al Código de Ética para Diputados, en el capítulo de asesores, viajes y transportes.
Ese grupo era jefeado por Humberto Arce y Juan José Vargas.
Un mes después de la separación, dos congresistas regresaron al partido y persistió la ruptura con los otros seis parlamentarios.
En el PAC, la norma es no viajar, no usar muchos asesores, no consumir alimentos que compre la administración, o bien pagarlos, y gastar lo mínimo.