San José
El expresidente Óscar Arias Sánchez corrió este martes el velo que cubría su retrato y, al hacerlo, también develó su preocupación por el rumbo de la política costarricense.
Arias afirmó estar preocupado por la devaluación que sufre la política, porla escasa renovación de liderazgos que aquejan los partidos y por la poca calidad del debate público.
Ante un Salón de Expresidentes de la Asamblea Legislativa abarrotado de seguidores y de políticos ajenos al Partido Liberación Nacional (PLN), Arias afirmó estar preocupado, no por los retratos ya colocados, sino, por aquellos que se colgarán en el futuro allí, en las paredes reservadas para los exmandatarios.
Sostuvo que le angustia el desarrollo de la poca tolerancia hacia los líderes políticos que se aferran a posturas en las que creen y por aquellos que se valen de los instrumentos naturales de la política para tranzar, ceder y recibir, "únicas formas de construir en democracia", aseguró.
También criticó la calidad del debate colectivo. Según el expresidente, un país que aspira a ser más rico, debe gozar de un debate más riguroso, lógico y estructurado, susceptible de análisis "más allá de las arengas de campaña".
Según el exmandatario, la mediocridad del debate es, en parte, responsable de las criticas que reciben los políticos y del desencanto de la ciudadanía con sus líderes.
Para Arias, el cinismo y la falta de autoestima que nota en el país, y que lo abruman, durarán años en cambiar.
No obstante, afirmó que hay elementos que se pueden modificar ya, para mejorar la percepción de la política, como abandonar "la retórica del Armagedón", que pinta un país al borde del colapso, donde todos los políticos son pillos y donde no existen soluciones a los problemas.
Empero, "la grieta en las paredes de la democracia costarricense" que más preocupa a Arias es la escasa renovación de liderazgos en los partidos y la falta de jóvenes enlistados en política, asustados, dijo, por el estigma que pesa sobre ese oficio y por la falta de atractivos económicos para ingresar a laborar en el sector público.
Como intentando motivar a los que están alejados de la política, subrayó que este es un oficio agotador pero, también, la más poderosa herramienta para transformar la vida de un país.
En el discurso del Premio Nobel de la Paz estuvieron ausentes las criticas que en los últimos meses ha dirigido contra el Gobierno de la presidenta Laura Chinchilla, el cual, ha dicho, carece de "claridad intelectual".
Óscar Arias tampoco hizo recuento de logros de sus dos administraciones pasadas. Punto que sí retomó Francisco Antonio Pacheco, quien ocupara la presidencia de la Asamblea Legislativa durante todo el periodo constitucional pasado.
El actual presidente de la junta directiva del Banco Popular resaltó la determinación de Arias al impulsar el programa Avancemos, que otorga becas para la educación, y al aumentar el monto de las pensiones del Régimen no Contributivo de la Caja, en su mayoría destinadas a personas en estado de pobreza.
Además de Francisco Antonio Pacheco en el acto estuvo presente el expresidente de la República, Abel Pacheco, quien fuera ministro de la presidencia de este, Ricardo Toledo, y el expresidente de la Asamblea Legislativa y exdiputado de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Rolando Laclé.
También figuró la actual ministra de Economía, Industria y Comercio, Mayi Antillón, quien fue diputada del PLN durante el último Gobierno de Arias y el presidente de esa fuerza política, Bernal Jiménez.
El retrato del expresidente Arias es el mismo del periodo 1986-1990, pero se le agregó una placa con su segundo mandato y fue colocado después del retrato del expresidente Abel Pacheco, pues antes estaba entre los cuadros de Luis Alberto Monge y de Rafael Ángel Calderón Fournier.