“El señor presidente sabrá si lo hago bien o lo hago mal y, en su momento, él podrá echar mano cuando lo desee; ya sea ahora mismo, en media hora o en una hora, tengo mi maleta lista”.
Con esta frase, dicha ayer tras el Consejo de Gobierno, el ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, reiteró que es decisión del mandatario Luis Guillermo Solís si él continúa o no en el Poder Ejecutivo.
Jiménez reaccionó así a los cuestionamientos de la prensa sobre su permanencia en el cargo, luego de ocho días de silencio y críticas en torno al proyecto de ley que le permitiría al Gobierno sancionar las radioemisoras y televisoras por el contenido de sus mensajes.
Se trata del plan de Ley de Radiodifusión, elaborado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), en el cual se amenaza con quitar frecuencias a medios que, según el criterio de una oficina de esa cartera, utilicen lenguaje vulgar o publiquen noticias falsas.
Jiménez no se dejó ver desde que empezó la polémica, pese a que su nombre era mencionado desde fines de la semana pasada.
Todo listo. “El señor presidente tiene mi renuncia. Él sabrá cuándo la hace efectiva e inmediata. El tema de cómo me ven distintos sectores, creo que eso varía. Con algunos sigo negociando, sigo trabajando en la Asamblea Legislativa con sectores, y esa es mi tarea”, manifestó el ministro.
Él fue cuestionado por sectores diversos luego de que se revelara que uno de sus asesores directos le ayudó al Micitt en la “socialización” del proyecto, específicamente en el planeamiento de talleres para divulgar el plan de ley y ponerlo en debate público. El manejo político de este asunto le costó el puesto a la ahora exjerarca del Micitt, Gisela Kopper, y al entonces viceministro de Telecomunicaciones, Allan Ruiz.
El viernes, Ruiz dijo en conferencia de prensa que fue Jiménez quien le pidió la renuncia mientras el gobernante Solís estaba en la Cumbre de las Américas, en Panamá. Aseguró que, después de solicitarle el puesto, le ofreció una embajada, lo que desató críticas políticas en el Congreso.
Ante consultas de la prensa, Jiménez insistió ayer en que no hizo ese ofrecimiento diplomático –tal como lo había expresado en un breve comunicado el sábado– y manifestó que será Solís quien decida cuándo hace efectiva su renuncia.
Este lunes, el presidente dijo que nadie tiene que decirle qué hacer con el ministro. Afirmó que esa decisión “está tomada”.
En la conferencia de prensa, ayer, el gobernante se disculpó por esa frase, pues aseguró que la evaluación, tanto del trabajo de Melvin Jiménez como de los demás ministros del gabinete, sigue en análisis, en un proceso que durará unas dos semanas.
“Si no me expliqué bien, ese es el contexto en que pretendí contestar esa pregunta; no hay una decisión tomada”, apuntó Solís.
El presidente sostiene que, tanto el jerarca de la Presidencia, como todos los demás, están bajo un proceso de evaluación con miras al 1.° de mayo.
Añadió que intentarán terminar lo antes posible tales evaluaciones del desempeño de los ministros; todo, con el fin de evitar especulaciones.