Quepos. El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, advirtió a los miembros de la Junta Directiva del Banco de Costa Rica (BCR) que, si no renuncian, de igual forma saldrán del banco mediante un proceso disciplinario que establece la ley.
Solís no precisó cuántos meses podría tardar el procedimiento, aunque desea que sea lo más rápido posible. En el caso de un proceso similar que este Gobierno inició contra directivos del Banco Nacional, por un intento de autonombrarse en las directivas de las empresas subsidiarias, Casa Presidencial lleva más de un año sin tomar una resolución.
Este miércoles al mediodía, en Quepos, el mandatario dijo que algunos directores expresaron cierta posición cuando él les pidió renunciar el martes y, horas más tarde, cambiaron de parecer en la conferencia de prensa en la que anunciaron que no renunciarían. No obstante, no entró en detalles sobre lo discutido.
Solo mencionó que algunos le dijeron que ya habían arreglado sus discrepancias.
Solís todavía está a la espera de las dimisiones de algunos, pero advirtió de que "si no renuncian, serán destituidos de acuerdo a lo que establece el derecho".
A su vez, el jerarca negó haber sufrido un golpe a su imagen política por la negativa a renunciar de los directivos, incluidos los cinco que él colocó en junta directiva: los exdiputados Francisco Molina, Rónald Solís, Gustavo Arias (todos del PAC), la empresaria Mónica Segnini (excandidata a vicepresidenta por el PAC) y la abogada Paola Mora (exmilitante de Alianza Patriótica, partido que se alió al PAC en el 2014).
Directivos del BCR desafían a Luis Guillermo Solís y se niegan a renunciar
Solís afirmó que él no cede a presiones de redes sociales ni a titulares de medios de comunicación.
También, niega que su decisión sobre la Junta Directiva del BCR haya sido tardía. Alegó que fue puntual y basada, conforme lo dice la ley, en un informe técnico de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) que tuvo en sus manos un día antes, y que confirmó que persisten los conflictos entre los directivos, lo que afecta la gobernanza del BCR.
El martes, con una carta de renuncia lista para cada uno, Solís citó a los directores a las 4 p. m. para pedirles la salida.
Al encuentro en Casa Presidencial asistieron la presidente interina, Evita Arguedas, Alberto Raven, Francisco Molina, Paola Mora y Ronald Solís. Se ausentaron por motivos de distancia, Mónica Segnini y Gustavo Arias.
Desde el inicio de la reunión, Solís les solicitó la renuncia. El mandatario tenía listos un comunicado y un video. Minutos después de finalizada la reunión, anunció en redes sociales la petición que les había hecho a los directores.
"En la nota, el superintendente (Javier) Cascante detalla, entre otros aspectos, que persisten conflictos internos entre los integrantes de la Junta que impactan de manera negativa su funcionamiento, generando condiciones que dificultan su comunicación, colaboración y debate crítico para la toma de decisiones", dijo el mandatario.
"Señala que estas discrepancias no permiten garantizar los controles en las etapas de formalización y seguimiento de créditos. El Superintendente enfatiza que, a pesar de las gestiones previas de la Presidencia de la República y de la propia Sugef, no ha sido posible resolver las discrepancias dentro de la Junta Directiva, y eso podría poner en riesgo la gestión de negocios del Banco", continuó Solís.
Mientras el mensaje se transmitió por medios digitales, la Junta se reunió por unos minutos a solas en Casa Presidencial para, más tarde, rechazar los argumentos del Presidente y decirle que no saldrían del Banco sin antes de les cumpla con el debido proceso.
Más tarde por la noche, desde la sede central del Banco de Costa Rica en San José, Molina, Arguedas y Mora, desafiaron públicamente a Solís a que los investigara y les demostrara que debían renunciar.
"Nos llama poderosamente la atención que quienes estamos precisamente pidiendo la investigación de los créditos sean las personas que quieren atacar y que quieren silenciar en este caso, destituyéndonos de la Junta Directiva. Me parece que no es lo conveniente en este momento, y no es lo conveniente para el Banco de Costa Rica, no es lo conveniente para el ambiente que se está viviendo, no es lo conveniente para lo que estamos haciendo nosotros como directores", dijo Arguedas.
La Junta Directiva del BCR se ha visto envuelta en polémica en los últimos meses por los créditos otorgados para importar cemento chino y para que Coopelesca le comprara una planta hidroeléctrica a la cementera Holcim.
El primer caso gira en torno a dos préstamos, por un total de $30 millones, que fueron aprobados en el 2015 por el BCR a la firma Sinocem Costa Rica, propiedad del empresario Juan Carlos Bolaños, para la compra, importación y nacionalización de cemento chino.
La forma como dicho financiamiento fue concedido es investigada por la Asamblea Legislativa, el Ministerio Público y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y ha propiciado sendos informes internos del Banco con señalamientos técnicos.
Los diputados pretenden determinar si Bolaños recurrió al tráfico de influencias para que altos funcionarios públicos gestionaran la eliminación de trabas legales que impedían la importación de cemento al país, así como préstamos para financiar dicha operación.
El segundo caso tiene que ver con un crédito por $32,7 millones que el BCR otorgó, en el 2014, a la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca) para que le comprara la planta hidroeléctrica Aguas Zarcas a la empresa cementera Holcim.
Dicha represa, cuya producción de energía cayó a partir del 2016, estaba valorada en en $12 millones por el propietario al momento de la venta. Sin embargo, el Comité de Crédito del BCR admitió en el Congreso que no indagó el valor de la planta cuando aprobó el préstamo.
La Fiscalía, por su parte, confirmó que investiga una denuncia sobre un posible tráfico de influencias con respecto a este crédito. La operación se avaló en momentos en que Alberto Raven, directivo del BCR, fungía también como fiscal de la cementera Holcim.