En Casa Presidencial se registró sin mucho aspaviento el enojo de sindicatos y grupos de presión, y a criterio del ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, las molestias de los marchantes tienen una razón: el no del Gobierno a permitir huelgas en servicios como salud y seguridad.
Para Benavides, la incomodidad de los grupos que protestaron ayer en diferentes puntos del país tiene como base la presión de grupos sindicales para eliminar la prohibición en los denominados “servicios públicos esenciales”.
La reforma por poco se convierte en ley de la República luego que el Congreso aprobara una variante integral al Código Procesal Laboral en agosto del 2012, que permitía huelgas regladas en áreas que para el Gobierno son sensibles.
Sin embargo, en octubre, el Ejecutivo vetó el proyecto de ley y lo devolvió a la Asamblea Legislativa, donde espera un acuerdo político respecto al tema de las huelgas.
Mientras Benavides afirmaba que la discusión sobre este tema se lleva en el Congreso, en la casa de Gobierno el perjuicio registrado fue mínimo, siendo el sector educativo el que más impacto reportó, según dijo, por su lado, el ministro de Educación, Leonardo Garnier.