Son las 10:02 a. m. y se supone que a esta hora él debería estar reunido con el precandidato Rodrigo Arias, pero acontecimientos de última hora lo hacen entrar y saludar a periodistas para una conferencia de prensa en la que ya se sabe el anuncio: no se lanzará por la presidencia.
Entra a la sala como lo hizo aquel 22 de diciembre, cuando se comió el tan anunciado tamal. Saluda como siempre y se sienta armado con una libretica con apuntes a mano y una hoja con 19 frases impresas.
Coloca la hoja en la mesita de centro, cerca de su mano derecha y la mantiene a ojo, aunque solo una frase pronunció. Son cortas y contundentes, pero las hay optimistas y existenciales. Parecen títulos para periódico.
La primera es directa: “No me puedo retirar de una campaña a la que nunca entré”. La segunda: “No me puedo retirar de la campaña, porque la vida misma es una campaña”. La tercera: “He elegido una nueva plataforma de influencia, porque se puede cambiar el país sin estar en el Gobierno”.
Y así siguen. En el quinto se puede leer una proclama de familia: “Un Figueres no se retira; solo se reinventa”. Le sigue una frase que sí quedará dicha: “Las encuestas no me dicen qué debo hacer; para eso tengo mi conciencia”.
Viene después una alusiva a otros. “Mientras otros quieren ser presidentes, yo quiero cambiar el país”. Un país que, por cierto, “está inundado de candidatos más que de ideas”, según la novena frase.
Luego vienen las que aluden a la gente: “La competitividad empieza por uno; por vos, y vos y vos”. Y entonces la motivación: “Creo posible el milagro costarricense”. Y la última: “El futuro será lo que decidamos hoy”.
Hoy es jueves y Figueres debería estar reunido con Rodrigo Arias, pero acontecimientos de última hora lo tienen aquí.
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