Para nombrar un magistrado de la Corte se requieren los votos efectivos de 38 legisladores, lo que significa que no se le suman los votos blancos y nulos emitidos al candidato que tenga más sufragios, como sí suceden en otras elecciones legislativas.
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Carro no tuvo votos en ninguna votación; en su lugar, Milagro Rojas Espinoza (quien también se presentó a concurso pero no entró en la terna) mantuvo siempre el apoyo de seis congresistas, presumiblemente del Frente Amplio.
En la primera ronda, que tuvo tres votaciones, Sánchez tocó su techo de apoyos, con el aval de 28 parlamentarios, pero que no le permitió ir más allá en ningún momento.
María Alexandra Bogantes capitalizó el respaldo de la mayoría del Partido Acción Ciudadana (PAC), pero con algunos votos sueltos adicionales no pudo pasar de los 13 legisladores.
Para la segunda ronda, las votaciones se mantuvieron idénticas, con la diferencia de que los seis votos que iban para Rojas se contaban como nulos, pues en esa ronda solo entraban los candidatos con más de diez sufragios y su nombre salió de la lista de elegibles.
El presidente del Congreso, Antonio Álvarez, detuvo el proceso cuando iban para la cuarta ronda, donde solo calificaba el candidato con más de 15 votos, pues solo entraría Luis Porfirio Sánchez, pero no podría pasar de 28.
El jerarca legislativo levantó la sesión antes del mediodía y comentó a la prensa que se tendrán que madurar las negociaciones para no volver a llegar a una votación infructuosa.
"Lo que procede es convocar a una nueva fecha, ya no con discusión, sino sólo para votación, pero no se trata sólo de ponerse a votar solo porque sí, sino de que ya se haya negociado y votar con un acuerdo", insistió Álvarez.