Se suponía que Daniel Gil Trejos debía estar hoy fuera de la cárcel El Chipote.
Se suponía que la orden de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua era inapelable y que el costarricense debía estar ya preso, sí, pero en régimen de arresto domiciliario.
Se suponía que así Nicaragua satisfacía el reclamo de Costa Rica de respetarle los derechos humanos a este hombre detenido por un supuesto fraude comercial en México.
Se suponía que Marcela Chacón podría ver o al menos saber el estado de su esposo, pero nada de eso se había cumplido hasta este jueves y ya ella lleva 13 días sin tener noticias de él.
“No sé si Daniel está vivo”, dijo Chacón, exviceministra de Seguridad en el gobierno de Óscar Arias, y de Gobernación con Laura Chinchilla.
“Ayer (miércoles) llegaron a las 7 de la mañana los abogados, el vicecónsul Álvaro Herrera y la fiadora solicitada por la Corte Suprema. Llevaban el documento con la dirección de la casa que ya fue alquilada. Al final de la mañana, les dijeron que no ejecutaron la resolución porque fue pasada a revisión por los mismos magistrados”.
Chacón se refería a la resolución emitida este lunes, a las 9:05 a. m., por la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, en la cual aprobaron condiciones “menos gravosas” para el costarricense, a quien le han violado sus derechos humanos, según la Cancillería.
Gil Trejos, detenido desde el 26 de mayo tras una alerta de Interpol interpuesta por México (país del que él también es ciudadano), ha estado en un calabozo oscuro y mal ventilado, sin acceso suficiente a asistencia diplomática ni legal.
En las primeras tres semanas, se mantuvo con poca comida y apenas ropa, además, carente de medicinas para su presión alta. “Condiciones deplorables”, como lo calificó el canciller de Costa Rica, Manuel González, pues el caso de Gil es un asunto de Estado y un factor más en la discordia ante Nicaragua.
Críticas. El principal reclamo de la Cancillería, de la Defensoría de los Habitantes costarricense y de la propia Marcela Chacón, es la falta de explicaciones de Nicaragua sobre la situación de Gil.
Ni siquiera respondieron a los cuestionamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ante la cual acudieron Chacón y la Defensoría para pedir medidas cautelares a favor de Gil.
“Es un hermetismo absoluto”, concluyó el canciller González, quien lamentó que no se haya ejecutado una resolución del más alto tribunal nicaragüense.
El jefe de la diplomacia costarricense declinó mencionar las vías que Costa Rica explora en defensa de este ciudadano tico-mexicano.
México, en cambio, no ha hecho gestiones por él, según Chacón. Tampoco ha formalizado el interés en la extradición de Gil, al que requiere por un posible fraude en negocios inmobiliarios.
“Me llama la atención que Daniel, con doble nacionalidad, no haya sido defendido por México. Puedo agradecer que la Cancillería se ha interesado mucho en esto, pero no sé si es hora de acciones más contundentes, de traerse a San José al embajador Javier Sancho o de declarar no grato a Harold Rivas”, dijo Chacón.
“Creo que ya es mucho. Hace 16 días presentamos un habeas corpus . Enviaron seis notas diplomáticas. No hay respuestas a la defensora ni a la CIDH... No sé si vamos a esperar a que lo entreguen en ataúd”, agregó.