“Equivocada”, “extraña” e “increíble”. Con esas palabras se expresaron los diputados sobre la orden girada por el presidente Luis Guillermo Solís de mantener al entonces viceministro de Telecomunicaciones, Allan Ruiz, en el cargo de director de Espectro Radioeléctrico del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
En marzo, Solís pidió extender interinamente el contrato de Ruiz, pese a que este debía salir de nuevo a concurso público. En cambio, a otros tres directivos de ese viceministerio no se les amplió el periodo.
Estos hechos ocurrieron antes del 11 de abril, cuando el mandatario destituyó tanto a Ruiz como a la ministra Gisella Kopper debido al manejo político del proyecto de ley de radio y televisión, que permitía al Gobierno sancionar a medios de comunicación por el contenido de sus mensajes.
“Creo que fue una recomendación equivocada. Es un puesto que debía salir a concurso”, afirmó el diputado de Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís.
Rolando González, del Partido Liberación Nacional (PLN), sugirió que la intervención de Solís debe valorarse en el plano ético y legal, pues podría rozar la legislación en materia de competencia al intervenir en un nombramiento sin cumplir los procedimientos.
“La primera impresión es que podría ser un acto susceptible de análisis en instancias de control”, propuso González.
La orden de extender el nombramiento de Ruiz fue trasladada a Kopper.
Poco antes, ella le había advertido al mandatario de que desconfiaba de Ruiz por varias razones, entre ellas, que al tiempo que se desempeñaba como jerarca en Telecomunicaciones, también fungía como director de Espectro, un cargo subordinado a su propio Viceministerio.
Ruiz además conservó el sueldo de director, de ¢4,1 millones al mes, casi el doble de lo que habría ganado como viceministro.
Más reacciones. El diputado Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana, consideró “bastante extraña” la orden de Solís y estimó que el hecho dista de las promesas de transparencia hechas en campaña electoral.
“Estamos ante un trato preferencial para una persona vinculada con un primo hermano suyo (la pareja de Ruiz es familiar de Solís); es un tema inconveniente y no es la mejor política a seguir. El presidente debería ser mucho más cuidadoso en ese tipo de decisiones. Esperaremos una explicación al respecto, así como él se la solicitó al viceministro de Trabajo hace poco”, dijo Redondo.
El jefe de fracción de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Rafael Ortiz, cree que Solís debe aclarar el tema: “Puedo entender la necesidad de que no se interrumpa un servicio público y ahí la continuidad es fundamental, pero el punto que sí requiere aclaración es por qué los otros directivos no recibieron el mismo trato”.
Gerardo Vargas, jefe de la bancada del Frente Amplio, coincidió en calificar como errónea la actuación presidencial. “Ese señor (Ruiz) demostró que no es la persona adecuada para ese puesto tan importante”, alegó, al afirmar que Solís se equivocó al pedir su permanencia en el cargo.
“Me parece increíble. Dijeron que todo iba a ser transparente y la moral prevalecería en cada acción de gobierno y no hemos visto una acción transparente en meses”, expresó Juan Luis Jiménez, jefe de fracción del PLN.
El diputado oficialista Ottón Solís también manifestó sus dudas ante el hecho de que Otto Rivera, quien es la pareja de Ruiz, fuese directivo de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic), un sector regulado por el Viceministerio de Telecomunicaciones.