Escuchar“Este no es un impuesto no a arroz ni a frijoles, sino a los moteles. Me parece una burla llegar a esos porcentajes (tan bajos). Es una irresponsabilidad promover negociaciones que más parecían un chantaje (de los moteleros) para seguir presentando contenciosos”.
Así justificó la diputada socialcristiana Rosibel Ramos su voto en contra del reajuste al impuesto a los moteles a favor del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el pasado 4 de agosto. Fue la única que rechazó el cambio de sistema, aunque en principio estaba de acuerdo.
“Nadie se muere por no ir a un motel”, señaló la legisladora como explicación de por qué se podía ir más arriba en los porcentajes.
Al principio se planteaba hasta un 18% del salario mensual de un oficinista 1 del Poder Judicial (actualmente ¢403.000) por cada habitación. Sin embargo, después de negociaciones del IMAS con empresarios moteleros el máximo quedó en 13%.
Este será lo que deban pagar los moteles más grandes, mientras los medianos cancelarán 10% y los pequeños, 5%.
La crítica de Rosibel Ramos fue catalogada como “politiquería” por el presidente del IMAS, Carlos Alvarado. “Hay que partir de la realidad. El problema (de evasión) viene desde el 2003, con más de una década sin solventarse. Juicios y juicios que van y vienen para recurrir a recursos jurídicos y poder recaudar montos que llegaban apenas a ¢300 millones al año”.
Los porcentajes tampoco dejaron del todo complacidos a diputados de Frente Amplio, que los criticaron en el plenario, aunque al final aportaron su voto a favor.
Lo dijo el congresista Carlos Hernández, quien señaló lo que cree una contradicción entre bajar los porcentajes de tributos a estos empresarios y, al mismo tiempo, el anuncio de políticas de recorte en el gasto público.
Su compañero, José Ramírez, lo precisó: “Impulsamos que los dueños de los grandes moteles pagaran de acuerdo a sus ganancias un porcentaje mayor. Sin embargo, la presión de los empresarios fue enorme y al final se optó por una mejora menos significativa”, lamentó poco antes de votar a favor de la reforma.
