El Gobierno de Nicaragua continúa en la lista de enemigos de Costa Rica; Daniel Ortega premeditó la invasión de isla Calero y la Policía costarricense se equivocó al retirarse de isla Calero, en octubre pasado, luego de colocar la bandera.
Con esas convicciones asumió Enrique Castillo Barrantes, de 66 años, el cargo de canciller de la República este miércoles. Sus prioridades serán ganar la disputa con Nicaragua en la Corte de la Haya y depurar los nombramientos del servicio exterior. Este es un extracto de una entrevista concedida al asumir en la Casa Amarilla:
Una, que es transitoria, es arreglar la situación de los nombramientos cuestionados. La otra es atender el caso de la invasión de la isla Calero de parte de Nicaragua y darle seguimiento al juicio en la Corte Internacional de Justicia.
“Por lo demás, están los temas que para Costa Rica son prioritarios en su política exterior, todo lo que tiene que ver con paz, con democracia, con desarme, con derechos humanos y con el ambiente”.
No, yo creo que Costa Rica ha mantenido su papel protagónico. Las modalidades han sido distintas porque las circunstancias han sido distintas. El conflicto con Nicaragua ha distraído los esfuerzos y los recursos en materia internacional, pero Costa Rica ha mantenido su protagonismo, por ejemplo, en materia de derechos humanos.
Yo diría que la política exterior costarricense, en última instancia, beneficia a los ciudadanos en que les trae bienestar por medio de la cooperación técnica, científica y económica que se genera.
Bueno, eso es algo que está un poco cuestionado porque el mundo ha cambiado. Nos hemos dado cuenta de que la protección o la defensa que podemos obtener no es quizás de la misma calidad de la que antes podíamos obtener. Pero seguimos creyendo en que nuestras mejores armas son el derecho internacional y no los militares.
No respondió como esperábamos, pero tampoco podemos decir que no tuvimos respuesta del todo y por eso estamos activos en la Corte, porque seguimos confiando en que el sistema internacional va a respaldar nuestra posición. Quienes afirman que de nada sirve acudir al derecho internacional están precipitando sus conclusiones.
Digamos que Nicaragua hoy en día tiene aliados que lo ayudan y Costa Rica tuvo muchos aliados. En la OEA (Organización de Estados Americanos) triunfamos. Ahora, la cuestión está ante la Corte, un órgano neutral.
Yo no lo creo. Yo creo que Nicaragua esto lo planeó, con mala fe, con mucha anticipación y pasó a la ejecución cuando pensó que el momento era favorable: el periodo de transición de un gobierno a otro. Lo iban a hacer tarde o temprano.
Yo no estoy tan seguro. Yo sé que don Óscar Arias y el canciller Stagno tuvieron una actitud firme cuando Nicaragua hizo insinuaciones sobre eso y pienso que pudo haber sido efectivo para disuadirlos pero, si finalmente Nicaragua tenía esa determinación, tarde o temprano lo iban a hacer porque lo que Nicaragua hizo es acudir a las vías de hecho y Costa Rica no tiene recursos militares para impedir una acción por las vías de hecho.
Yo creo que el error se cometió cuando la policía fue y retiró la bandera que ellos habían puesto (en octubre, en isla Calero) y no se quedó para proteger el territorio.
Es dudoso, pero era lo que había que hacer. Yo no creo que los nicaraguenses hubieran acudido a hacer una matanza porque eso los hubiera puesto en un muy mal predicado, pero ellos vieron un mensaje de que retirar la bandera, poner una bandera costarricense y dejar esa bandera ahí sola era una señal de debilidad. Yo, honestamente, discrepo. Sé que hubiera sido una operación riesgosa, pero yo creo que era lo que era necesario hacer.
Yo creo que él lo ha contextualizado bien. Cuando don Óscar Arias manifestó, a través de su canciller, que Costa Rica se oponía al dragado, esa fue una toma de posición política que los nicaraguenses tomaron políticamente y dijeron, bueno, no es el momento oportuno. Pero, si lo hubieran querido hacer, lo hubieran hecho.
Sí, puede haber sido una señal política...
Es que la debilidad está en las reglas que regulan el manejo de la frontera, no hay una regla que le diga a Costa Rica que puede oponerse al dragado y eso es algo que los nicaraguenses sabían.
En un terreno especulativo, uno debería tomar en cuenta varias posibles motivaciones: una muy obvia y burda de Ortega (Daniel Ortega, presidente de Nicaragua) para obtener rédito electoral que internamente sí le ha funcionado, pero no pienso que haya sido la única.
“Hay una motivación vengativa que se asienta en la xenofobia que el gobierno de Ortega alimenta en el pueblo nicaraguense y que practica el Gobierno nicaraguense. Es un gobierno xenofóbico contra Costa Rica. Luego..., las otras motivaciones un poco fantasiosas de megaproyectos, de sueños de grandeza, de grandes proyectos de puertos, de canales”.
Yo creo que tenemos que considerarlo como un enemigo mientras sigan usurpando.
Ojalá. El Gobierno de Nicaragua no midió, ni está consciente de la gravedad que significa la invasión. No está consciente de que un acto de esos daña profundamente la relación entre dos países vecinos. Esas acciones dejan cicatriz.
Sí, y con Palestina.
Siempre he tenido vocación de servicio público. Después del cargo de canciller, habría que ver qué depara el futuro, pero todavía me siento con ánimo de servir.