La economía costarricense recibe hoy el nuevo calendario anual con un Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene a los sectores azucarero y textil entre sus primeros beneficiarios.
La duplicación de la cuota de exportación de azúcar a Estados Unidos es hoy una realidad, al igual que las garantías de acceso para los textileros, uno de los sectores más angustiados durante los seis años transcurridos desde que el país entró a negociar el TLC con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana.
Desde hoy, una cuota adicional de 13.600 toneladas métricas de azúcar cruda está a disposición de los productores, recordó ayer Fernando Ocampo, uno de los principales negociadores del TLC. Los azucareros costarricenses podían vender a Estados Unidos hasta 15.562 toneladas métricas.
El contingente ya está vendido, esperando en las bodegas de Punta Morales (Puntarenas) a que llegue el barco que la Liga Agrícola Industrial de la Caña (Laica) pidió apenas supo que estados Unidos emitió el decreto del TLC para Costa Rica, la semana pasada en Washington, dijo Édgar Herrera, director ejecutivo.
La cuota nueva entra a Estados Unidos a precio preferencial, casi un 80% mayor al que regiría fuera de esa cantidad, según Herrera.
El etanol producido con la caña costarricense también tendrá luz verde para ingresar sin límite de cantidad y sin pagar impuestos al mercado estadounidense, mientras los brasileños deben pagar 54 centavos de dólar por cada galón.
El azúcar del país proviene de 12.000 productores y 15 ingenios. “Es una base social amplia”, estimó Herrera.
Un respiro. Para la industria textilera, que se ha reducido en Costa Rica por los costos comparativos, el TLC garantiza normas que hasta ayer se sostenían por decisiones unilaterales en Washington.
Además se eliminan los impuestos para algunos productos específicos y se amplían algunas cuotas de exportación por la compatibilidad de normas de origen, advirtió Fernando Ocampo.
Dirigentes del sector textil habían advertido que la carencia del TLC con Estados Unidos habría significado la muerte de esta industria en el país. Fabricantes como BorKar, en Poás de Alajuela, tienen en bodega productos listos para enviarlo con las nuevas ventajas.
El TLC también otorga garantías a productores de atún, entre otros sectores, que clamaban por su entrada en vigencia.
Los consumidores costarricenses podrán notar los primeros efectos del TLC en algunos productos importados, como los relacionados con las artes y el deporte, que hasta ayer entraban con 15% de impuesto, advirtió Ocampo.
En productos básicos se prevé el ingreso de pequeños contingentes de cerdo, arroz, pollo y lácteos, lo cual podría bajar el precio para consumidores, así como más competencia a productores locales.
El país es el último de los socios del TLC en aplicarlo. Lo hace con cuatro años de atraso, tras una fuerte discusión política, intensos debates legislativos, la ruptura de los monopolios estatales en seguros y telecomunicaciones y el primer referendo nacional, con una alta polarización social.
Estos son algunos de los efectos del octavo tratado de libre comercio que aplica Costa Rica. Ya tiene TLC con México, Chile, República Dominicana, Canadá, Centroamérica, la Comunidad del Caribe (Caricom) y Panamá. En este 2009 avanzará en negociaciones con la Unión Europea (UE), China y Singapur.