Guinea Bisáu es uno de los países con la tasa de mortalidad materna más elevada de todo el mundo.
En esa nación africana, por cada 100.000 nacimientos mueren 790 mujeres. En Costa Rica, esa tasa desciende a solamente 40 decesos de madres por 100.000 alumbramientos.
Los datos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) también revelan que la cantidad de niños que mueren ahí al nacer va en aumento.
Solo en el 2000, por cada 1.000 habitantes nacían, en promedio, 40 niños; en el 2012 esa cifra bajó por debajo de los 35.
Según Seydi Vargas, mamá de gemelos de ese país, el sistema de salud prácticamente no existe y hasta la medicina privada es precaria.
“Si usted quiere recibir atención en un hospital tiene que llevar su gaza, su catéter y todo para que lo traten.
”Además, usted tiene que ver dónde compra todo eso. Y una vez que lo tiene va al hospital para recibir una atención que tampoco es de calidad”, relató la vecina de Pérez Zeledón.
En el orfanato Casa Emanuel, en Guinea Bisáu, se estableció un centro médico en el 2010 para atender a esta población, la cual recibe ayuda de organizaciones no gubernamentales en el extranjero, principalmente de países europeos.