Unos pocos minutos de lluvia, durante la tarde del miércoles, bastaron para que por las calles de Bajo Piuses, en Tibás, bajaran copiosas corrientes de agua. El flujo debería haberse encauzado por la red pluvial, pero la basura acumulada mermó aún más la limitada capacidad de alcantarillas y caños, los cuales pronto se vieron rebasados.
Las primeras lluvias (las cuales llegaron tres semanas antes de lo que pronosticó el Instituto Meteorológico Nacional) vaticinan que ese será un escenario común durante esta época lluviosa, como lo ha sido también en años anteriores.
DEL ARCHIVO: Basura de alcantarillas provoca inundaciones en carreteras de la GAM
Un recorrido de La Nación por barrios de San José, Tibás, Curridabat, Montes de Oca y Pavas evidenció que una vez más, los aguaceros llegan y el alcantarillado se encuentra parcialmente obstruido por desechos variados: tierra, hojas, envoltorios, botellas y hasta heces de animales.
Los gobiernos locales consultados aseguran realizar esfuerzos permanentes para asear sus redes pluviales, pero algunos también reconocen que los recursos financieros y humanos con que cuentan, muchas veces se quedan cortos ante el mal manejo de desechos de la población.
"La gente se queja cuando se levanta el agua y se le mete a la casa, pero usted asoma la cabeza aquí y es un puro basurero. ¿Cómo la gente pretende echarle la culpa a la Municipalidad, cuando los cochinos son otros? La Municipalidad cumple con lo necesario", se quejó Harold Oconitrillo, supervisor de Limpieza de Alcantarillado Pluvial de la Municipalidad de San José.
Justo en ese momento, Dilan Cruz y Jean Carlos Abarca, sacaban papeles y heces de perro de una alcantarilla en barrio Luján.
Marco Solórzano, jefe de la Sección de la Red Pluvial de la Municipalidad de San José, explicó que para la limpieza de la red pluvial de todo el cantón -el cual incluye barrios de Pavas, la Uruca, Zapote, San Francisco, San Sebastián, los Hatillos y Mata Redonda- hay solamente 35 personas, quienes trabajan desde las 6.30 a.m.
"Aún así, honestamente no se da abasto porque la ciudad capital tiene demasiada basura. Aun cuando nosotros sacamos tres toneladas diarias y la depositamos en el relleno de La Carpio, no damos abasto y al principio de las lluvias se inunda el centro, principalmente porque está obstruido", explicó Solórzano.
La limpieza de alcantarillas en la capital se financia con una tasa específica. que pagan los usuarios de ¢362 por cada metro lineal de cada propiedad. Con esos recursos, dijo Solórzano, no se puede comprar más equipo ni contratar más personal para las cuadrillas de limpieza.
En San José, la limpieza se hace por un sistema que los empleados llaman corte parejo: inician desde el desagüe del sistema pluvial de una comunidad y se devuelven hasta terminar el sector. La cantidad de desechos que se sacan de cada lugar depende del "nivel de cultura y educación" de los barrios, aseguró Solórzano. Según el funcionario, los distritos más complicados son Pavas y Hatillo, así como el casco central de la ciudad.
En Tibás, según el alcalde Carlos Cascante, una de las principales causas de que la basura vaya a dar a las alcantarillas son los "floreros" (botaderos informales) que emergen en varios puntos del cantón.
"Hay en Colima y en el cementerio, en León XIII hay al menos ocho. Todos los días llega un bajop y en cuatro horas la gente cochina vuelve a tirar basura en forma irresponsable, eso el agua lo recoge y lo deposita en las alcantarillas. En León XIII, una señora se nos cayó en una de de esas alcantarillas, que tenía más de metro y medio de basura, y una semana antes la habíamos limpiado", se quejó Cascante.
De acuerdo con el alcalde, la experiencia del 2016 motivó que desde enero de este año se iniciara un plan de limpieza de la red pluvial, la cual consta de 3.000 alcantarillas. En esa tarea trabajan solamente 10 personas, por lo que el alcalde reconoce que siempre habrá zonas que se inunden.
En Tibás, también se ha acudido a colocar tapas sobre las alcantarillas, para al menos evitar que los desechos bajen hasta la tubería.
Según las estadísticas del Cuerpo de Bomberos, de las 144 emergencias por inundaciones que se atendieron durante el 2016, 52 fueron ocasionadas por desechos que obstruyeron la red pluvial.
"Hacemos un llamado para que a los que no hayan hecho limpieza, lo hagan, están a tiempo. Estamos empezando, aún no hay aguaceros fuertes y sería bueno darnos una vuelta por esas alcantarillas que sabemos que todos los años se llenan", expresó Luis Salas, director de Operaciones de Bomberos.
Salas señaló que Barrio Luján, las inmediaciones de Muñoz y Nanne (Montes de Oca), el barrio chino de la capital, barrio Dent y Jardines Universitarios, en Heredia, son algunos de los puntos de inundación durante las lluvias que la entidad ha identificado.
El funcionario, además, alertó sobre el peligro de intentar desbloquear caños y alcantarillas cuando ya se ha acumulado agua, ya que es muy posible que la persona sea arrastrada por la corriente.
Municipios procuran quitar presión sobre los ríos
Para Édgar Mora, alcalde de Curridabat, en ese cantón la limpieza de alcantarillas durante la temporada seca es efectiva, por lo que la red pluvial no causa mayores inconvenientes durante las lluvias. El problema, asegura, está en los ríos.
"Hemos calculado que un 20% de los desechos está fuera de lugar. Normalmente el lugar donde se escoge colocarlos es cerca de un cañón de río", manifestó Mora.
El alcalde aseguró que en ello incurren familias que residen de manera informal, muchos cerca de los cauces, por lo que la basura se dispone de manera inapropiada. Ante esa situación, el gobierno local piensa en incentivos para motivar a las comunidades a colaborar con la limpieza. Una de las opciones, explicó Mora, es un sistema de asignación de puntos, que más adelante se podrían canjear en comercios.
Otra alternativa sería la recolección a domicilio y por demanda de los materiales reciclables y los desechos grandes (muebles o electrodomésticos, por ejemplo), para evitar que los vecinos contraten servicios informales de recolección, cuyos oferentes con frecuencia terminan tirando los objetos en el río.
"A mediados del invierno, la convergencia de ese mobiliario que va a los ríos es fatal, porque los puentes están casi que sobre el espejo del agua, entonces llega un tronco y se pega, se viene la lavadora y se pega, y se hace un alboroto", dijo Mora.
La intervención en ríos es una medida a la que acuden varios municipios josefinos como preparación para la temporada de lluvias. Cascante informó de que la Municipalidad de Tibás ya tiene listo un cartel para contratar un servicio de limpieza y dragado de la quebrada Rivera.
"Toda la basura que se ha acumulado de Coronado, Goicoechea y Moravia se va a venir y va a parar en Tibás. Lo que pasa es que las lluvias se nos adelantaron, porque se esperaban para mayo. Ya lo tenemos previsto, la limpieza inicia en mayo para no tener problemas de desbordamiento", comunicó Cascante.
En San José, según Solórzano, un acuerdo con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) le permite a la Municipalidad de San José intervenir en los cauces de los ríos María Aguilar, Ocloro y Tiribí; para evitar que los mayores caudales durante las lluvias se topen con grandes concentraciones de sedimentos y basura, lo cual aumenta el riesgo de inundaciones.
"A través del programa permanente damos limpieza y hacemos movimiento de sedimentos, para mejorar el régimen hidráulico y la estabilidad de los taludes y los márgenes", manifestó el funcionario.