La principal carta de presentación de Carlos Villalta, nuevo ministro de Transportes, es la ejecución de la carretera Cañas-Liberia. Concluir esa obra e impulsar otras como la nueva vía a San Ramón y el puente de la “platina” son las mayores tareas del jerarca.
Usted habla de una planificación a largo plazo en materia de infraestructura, pero la gente quiere soluciones inmediatas para problemas cotidianos como el congestionamiento vial y la mala calidad del transporte público. ¿Qué soluciones propone para estos problemas?
No me había abocado a pensar como ministro porque aún cuando hubo publicaciones en la prensa (sobre su posible nombramiento), yo no me quise hacer una ilusión sin tener una designación formal, pero desde luego que tengo noción de que este país requiere un avance en la parte de transportes que involucre la parte intermodal: trenes, buses y vehículos, de una manera más organizada.
”No obstante, hay que reconocer que hay limitaciones presupuestarias muy importantes; esa limitación hay que considerarla como parte de la solución.
”No tenemos el dinero necesario para poder tener una infraestructura de transporte de primer mundo. Sería iluso imaginar que uno pueda, con el dinero disponible, modificar la problemática de transporte que tenemos en este país”.
Entonces, ¿qué les decimos a las personas que quieren soluciones rápidas para los problemas de infraestructura y transportes?
Con respecto a las soluciones a corto plazo, creo que mi función es involucrarme directamente en la ejecución de proyectos, hacer un mapeo de cuáles son los verdaderos problemas de ejecución que hay y buscarles soluciones con un involucramiento de la más alta gerencia.
”Me voy a concentrar mucho en la ejecución de obras viales que ya están en camino. Esto no quita que vaya a pensar en poner un sello personal en algunas cosas que he identificado como necesarias”.
¿Cómo cuáles cosas?
Una de mis prioridades es desarrollar un sistema de administración de carreteras que permita priorizar las inversiones conforme al verdadero estado y también a su calificación estratégica. Eso es una deuda técnica que tiene este país.
”¿Qué otras cosas?, quiero identificar algunos cuellos de botella existentes para hacer ampliaciones puntuales para mejorar la circulación”.
¿Cuáles sitios, por ejemplo?
Por ejemplo, en la carretera San José-San Ramón, existen tres o cuatro sitios donde hay embotellamientos y no podemos seguir pensando que cómo se va a hacer el proyecto de ampliación San José-San Ramón y olvidarnos de esa situación y no resolver esos embotellamientos.
El exministro Carlos Segnini decía que hay mandos medios que tienen secuestrado el MOPT, ¿usted coincide con esa opinión?
Es un poco difícil tener una apreciación de esa magnitud a dos días de haber asumido.
Pero usted tiene varios años en la institución.
Sí, lo que pasa es que yo siempre he estado contratado en esta institución con una premisa muy importante: cuando usted es un consultor contratado, se trabaja como en la empresa privada y, lógicamente, termina haciendo cosas que van más allá de los horarios convencionales.
”Lo que sé es que el MOPT es una entidad muy compleja, con muchos departamentos y muchos funcionarios”.
¿Qué va a pasar con el Instituto Nacional de Infraestructura?
El proyecto de ley salió ya del Ministerio y ahora está en manos de Casa Presidencial en las últimas revisiones, de allí va a ser trasladado a la Asamblea Legislativa. Mi criterio es que se ocupa una institución autónoma encargada de la viavilidad y que tenga un régimen de contratación fuera del Servicio Civil.
¿Quiere decir que usted va para adelante con ese proyecto?
Sí, claro.
De 2009 a la fecha se destinaron ¢394.000 millones en mantenimiento de vías, con ese dinero se podrían construir varios de los proyectos viales que están estancados ¿Hay empresas constructoras a las que les conviene el letargo que sufre el país en materia de obra pública?
Bueno, podría ser una consideración de conveniencia, pero por eso se ocupa la definición de políticas claramente establecidas desde el MOPT para que las inversiones que se hagan sean justificadas.