La Declaratoria de Accidente Menor (DAM), mecanismo de conciliación de percances en carretera, habilitado por las autoridades de transporte y las aseguradoras, desde enero de 2016, aún no atrae con fuerza a los choferes.
La herramienta fue creada con la intención de que los conductores involucrados en colisiones en las que solo haya daños materiales arreglaran el problema, sin tener que llamar a un policía de tránsito, lo cual agilizaría el caso y reduciría el congestionamiento vial que se produce mientras se espera la llegada del tráfico.
De esta manera, quien tuvo la responsabilidad del accidente llama a su inspector de seguros, llenan un formulario en el que se detallan los daños de los autos y se deja claro quién asumirá la reparación.
No obstante, a un año de su entrada en vigencia, el método es poco utilizado por los costarricenses, según varias empresas aseguradoras consultadas por La Nación.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguros (INS), 636 personas decidieron, hasta el 8 de diciembre, utilizar la DAM para solucionar un accidente de tránsito. Esa cifra no representa ni el 1% del total de siniestros que recibe el Instituto en un año.
La compañía de seguros Qualitas informó de que ninguno de sus clientes ha empleado este recurso y en ASSA solo se han gestionado 10 casos.
“Podemos hablar de que se trata de dos casos diarios, en promedio, pero, para ponerlo en contexto, eso es una minoría si lo comparamos con el total de casos que atendemos”, dijo Laura Montes, directora de Indemnizaciones del Instituto.
La funcionaria alegó que esta vía rápida para el arreglo de colisiones no ha ganado muchos adeptos porque existe mucha desconfianza entre las personas.
Agregó que, si en el país fuera obligatorio el seguro de vehículos, la gente tendría más seguridad de utilizar un instrumento como la DAM.
Rosa María Morales, gerenta de Qualitas en Costa Rica, coincidió en que la DAM es efectivo si los conductores tienen voluntad de conciliar y la persona que provocó el accidente asume su responsabilidad.
Los accidentes en carretera se han convertido en una de las principales causas de presas, ya que hay pocos oficiales de tránsito para atenderlos y los tiempos de espera son largos.