Todavía no se abre el tránsito de vehículos por la nueva vía a desnivel en la rotonda de Paso Ancho , pero la estructura ya presenta problemas.
La obra, de $10 millones, se inició en setiembre de 2014 y debió estar terminada en octubre anterior. Sin embargo, por atrasos con expropiaciones y reubicación de servicios públicos se finalizará hasta en julio.
El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) retuvo un pago de ¢77 millones a MECO , firma a cargo del proyecto, por fisuras detectadas, en octubre anterior, en los aisladores sísmicos.
Según Kenneth Solano, gerente de la Unidad Ejecutora del Conavi, los aisladores son piezas de neopreno (caucho sintético) que se instalan entre los bastiones y las vigas de la obra para amortiguar sismos y el paso de vehículos pesados.
“Nosotros (Conavi) detectamos deficiencias, es decir, agrietamientos en la superficie de neopreno. Le notificamos al contratista para que tomara las medidas del caso, le advertimos que era prudente cambiarlos de una vez, porque así no los íbamos a aceptar y en eso hemos sido tajantes”, señaló Solano.
Pese a esto, la constructora prefirió realizar estudios técnicos, antes de mandar a traer los nuevos aisladores.
Fue hasta diciembre anterior que MECO, finalmente, comunicó al Consejo que sí cambiaría los elementos de amortiguación.
En la actualidad, el Conavi está esperando que MECO traiga los componentes y los instale nuevamente. La compañía informó de que “llegarán al país en los próximos días” y que su instalación tardará dos días, sin generar más atrasos en el cronograma de trabajo.
Solano agregó que rechazaron los aisladores con grietas porque eso podría disminuir la vida útil de los mismos, la cual es de 40 años, aproximadamente.
Posiciones encontradas. MECO expresó, por medio de un correo electrónico, que fueron ellos quienes detectaron las fallas y no el Conavi.
“Las fisuras las detectó el inspector que contrató MECO y así consta en la bitácora de obras”, dijo Pablo Vargas, gerente de Proyecto de esa firma.
Para precisar el daño, la compañía contrató al Instituto Tecnológico de Costa Rica. Sin embargo, los resultados de los estudios no han sido comunicados a la administración.
Vargas sostiene que hicieron esta contratación de “forma proactiva” y que el reemplazo no tendrá costo adicional.
“Están (los aisladores) dentro del diseño de MECO, así que no es algo proactivo que ellos están haciendo, sino que es algo que está dentro del contrato”, respondió Solano.
Los 24 aisladores que componen la obra fueron comprados a Amflex, empresa ecuatoriana que se dedica a la venta de juntas de expansión y apoyos estructurales para puentes.
La adquisición de estos aparatos costó $54.000.