La escasez de agua en el país ha obligado a los bomberos a cargar con el agua necesaria para atender las emergencias.
Este año, la entidad invirtió casi ¢3.000 millones en la compra de cuatro cisternas con capacidad para 6.000 galones (22.712 litros) cada uno y 10 camiones tanqueros de 3.000 galones (11.356 litros) ya que la carencia empeorará.
El problema es que el número de hidrantes es insuficiente y de los 7.031 que hay en el país, solo 20% (1.406) tiene el caudal mínimo requerido de 500 galones (1.892 litros) por minuto, explicó Alexánder Solís, jefe de Ingeniería de Bomberos.
Según el tamaño del incendio o dónde ocurra, ese caudal incluso debería ser de 1.000 galones (3.785 litros) por minuto.
Como los hidrantes se nutren de las tuberías que proveen agua a comercios, empresas y hogares, si hay racionamientos o falta el líquido en algún sitio, los equipos allí estarán secos o sin la potencia que necesitan los camiones extintores.
“El año pasado en Alajuelita, un hombre amenazó con pistola a uno de nuestros equipos porque iba a tomar agua de un hidrante. Les dijo que si lo hacían, dejaban sin agua la zona”, recordó Wílliam Hernández, jefe de Operaciones de la institución.
Hernández agregó que en ciertas comunidades de Guanacaste, los vecinos les han pedido irse a ríos u otros sitios a rellenar los camiones pues, de lo contrario, los dejarían sin agua para su jornada diaria.
Otra dificultad con los hidrantes es que están conectados a tuberías que llevan décadas de uso y poseen diámetros de solo dos o tres pulgadas, cuando el mínimo que necesitan los bomberos es de cuatro, explicó Héctor Chaves, director de Bomberos.“Cada año habrá más problemas. Crecen la construcción y la población, pero atendemos los incendios con las mismas tuberías. En algunos casos no podemos ni acercar los cisternas al sitio porque las calles son muy angostas o los puentes muy débiles”, dijo.
Bomberos realiza un estudio para determinar cuántos hidrantes hacen falta en el país.
Cuando se promulgó la ley respectiva, en el 2008, se requerían 12.000 de esos equipos, pero esa realidad cambió.
En el 2015 se han atendido 764 incendios estructurales. Para el 2014, fueron 972, y un año antes, la cifra llegó a 1.082.
Con piscina. Cuando se escuchan las sirenas, el sonido suele venir de camiones con tanques de 3.000 galones (11.356 litros) de agua, capaces de bombear 1.500 galones (5.678 litros) por minuto.
Esto supone que, en un incendio, los vehículos pueden acabar su reserva en dos minutos, a menos que se reponga el líquido y se haga rápido. Por eso, un hidrante sin el caudal adecuado obliga al uso de cisternas, confirmó Solís.
Incluso el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA), que abastece de agua al 50% de la población, suele coordinar con los bomberos para cerrar o abrir válvulas con tal de robustecer el caudal en la zona de la emergencia, explicó Javier Valverde, subgerente operativo periférico.
Por todos los problemas que enfrentan es que, además de los cisternas con agua, los bomberos llevan piscinas especiales, que les permiten a los camiones descargar el líquido y buscar más.
Sin embargo, los bomberos saben que el panorama podría empeorar por la falta de lluvia y la baja en caudales, situación de la cual alertó Acueductos la semana pasada. Esa entidad urgió a la población a extremar el ahorro.