Perturbado, sorprendido, ofendido y dañado, así afirma que se siente el presidente, Luis Guillermo Solís, por las declaraciones que el diputado del PAC, Ottón Solís, dio en una entrevista en el programa Noche sin tregua de XPERTV canal 33.
“Demando de usted, de forma inmediata y contundente, una disculpa pública por lo expresado el día 13 de octubre de 2014. No puedo imaginar otra acción más adecuada para reparar el grave daño y la profunda afrenta personal que dichas declaraciones me han causado”, dijo el mandatario Solís en una carta que envió al legislador.
El problema se dio por el uso de la palabra “sicarios” por parte de Ottón Solís, a la hora de referirse a los tres asesores y funcionarios más cercanos al presidente: el ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, el jefe de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Mariano Figueres y parlamentario oficialista Víctor Morales Zapata.
Por su parte, el congresista Solís afirma que no se refirió a los asesores y funcionarios de gobierno como sicarios y, que por ello, no va a ofrecer disculpas.
“No, no sé de qué excusarme, no sé qué es lo que dije contra el presidente, solo cosas buenas y, de eso, no me voy a excusar”, afirmó.
Ottón Solís comentó que la carta no fue redactada por el gobernante, sino por asesores que buscan quebrantar la relación de él con el mandatario.
El enojo. La situación se generó cuando el conductor del programa y exasesor legislativo del Partido Liberación Nacional (PLN), Claudio Alpízar, le comentó a Solís que los asesores, a quienes llamó “los hombres del presidente”, son “ muy rudos” en su trato con él y, agregó, de seguido, que “los que son mandados no son pecadores”.
Al respecto, Ottón Solís expresó: “Yo quiero pensar que no son sicarios de don Luis Guillermo, ni de nadie, sino que actúan por su propia voluntad” y recalcó que no cree que actúen bajo órdenes del presidente de la República.
Poco después, Alpízar le dice a Solís que la palabra “sicarios” es algo pesada, a lo que el tres veces candidato a la presidencia de la República respondió: “Bueno, es que cuando un político usa a otro para atacar a un tercero y no lo hace directamente, es un sicario”.
Sin embargo, una vez soltada la expresión, el enojo del presidente estaba decretado. Un día después, vendría la exigencia de la retractación hacia Solís.
Solo un minuto antes, en el programa, Ottón Solís había afirmado que era solo “un peón del gobierno” y procuraría que a la administración Solís le fuera muy bien.
La carta del presidente Solís no da espacio a dudas. El mandatario se sorprendió.
“Comprenderá usted mi sorpresa ante tales manifestaciones las cuales, no solo son falsas, sino que ofenden la dignidad de altos funcionarios del Estado, así como a la propio Presidencia de la República”, expresó.
Más adelante en la carta, el mandatario le transcribe a Ottón Solís el significado de la palabra sicario, que señala el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y lo increpa.
“Me perturba señor diputado, su sugerencia de que el Presidente pueda actuar como actor intelectual que encarga homicidios”.