Préstamos de familiares, ahorros personales, uso de tarjetas de crédito y donaciones de padres de familia, fueron las alternativas a las que acudieron 14 centros de cuido del suroeste de San José para mantener alimentados a los pequeños que atienden.
“No todos los padres han podido enviar a los niños con su alimentación; hemos tenido que compartir. Por ejemplo, el que trae almuerzo lo comparte con otro que no trae”, comentó Marta Chaverri, directora del Hogar Infantil Santa Faustina, en Pavas.
Chaverri añadió que el dinero es vital para el funcionamiento del lugar, ya que sin recursos tendrían que cerrar.
“Yo pienso que nosotros, probablemente, podríamos aguantar hasta el 15 de junio, porque ese día hay que pagar salarios y no tenemos más dinero”, dijo Chaverri.
En esa casa trabajan 10 personas, entre maestras, encargadas de limpieza y cocineras.
La misma situación la afrontó el Centro de Cuido Árbol de Dios, ubicado en Alajuelita.
“Algunos padres vienen y traen una bolsa de arroz o frijoles como para ayudar, pero es algo como simbólico, porque no es suficiente”, contó Alexandra Gómez, administradora.
Allí se cuida a 30 niños, la mayoría en riesgo social.
“Esto lo más, lo más, yo podría aguantarlo una semana y media; una puede hablar con los proveedores y pedir un poco de tiempo”, añadió Gómez.
Algo similar ocurre en el preescolar Santa Teresita, en Alajuelita, el cual tuvo que acudir al uso de tarjetas de crédito para mantener el servicio abierto.
“Tuvimos que endeudarnos; algunos hemos tenido que recurrir a tarjetas de crédito, otros hemos tenido que pedir a familiares que nos presten para cubrir los gastos de esta semana”, dijo Jéssica Molina, dueña del sitio.
“No tenemos certeza de cuándo se van a hacer los depósitos; eso nos dicen por correo”, expresó, preocupada, Molina.