El capellán de Presidencia, el sacerdote Eddy Solórzano, hizo al papa Francisco romper nuevamente el protocolo.
La razón es que el religioso tico le llevaba un nuevo solideo (que es la prenda blanca que llevan en la cabeza) y aprovechó el momento del saludo para hacerle entrega del regalo.
Solórzano fue el último en la fila de miembros de la delegación para brindar su respeto al Sumo Pontífice y llevaba el regalo que desde días atrás encargó aquí mismo en Roma, donde se encontraba de paseo.
Según contó, la ventaja es que ya tenían la talla del solideo del papa Francisco, pues días atrás se enteró que otro fiel le regaló uno que le quedó pequeño.
El máximo jefe de la iglesia católica no tuvo problema en recibir el obsequio y ponérselo allí mismo.
Solórzano, aparte de capellán de Presidencia, trabaja en la parroquia de Guadalupe de Cartago y hasta hace dos años fue el encargado en la basílica de los Ángeles, en la misma provincia.