María José Campos, Carmen Soto, y Wendy Vargas tienen en sus manos una gran responsabilidad: envolver los buenos deseos que entrega una persona a otra en forma de regalo. Como en todo trabajo, envolver regalos tiene días fáciles, otros con grandes retos.
“Recuerdo una vez que un cliente trajo un coche de bebé para que se lo envolviera. De momento a uno se le ocurre algo y el cliente sale contento con el regalo envuelto con mucho aprecio”, dijo María José Campos, quien labora junto a sus compañeras en la tienda Q - detalle, en Plaza Lincoln, Moravia.
Carmen trabaja por temporadas, y la navideña es una de las que más disfruta. Mientras preparaba papeles seda blancos para el relleno de una bolsa, lo dejó claro: “No cualquiera puede dedicarse a envolver regalos. Ya esto se trae.
”El arte de las manualidades, combinar colores y formas, es lo más bonito. Pero esto se debe traer para que fluya mejor. También es posible aprender cosas nuevas”.
Y aunque cada cliente tiene su estilo y su idea, estas tres mujeres tienen la tarea de aconsejarlo.
“A veces vienen clientes con ideas muy buenas y nosotras las hacemos, pero a veces no tanto y tenemos la obligación de guiarlos y ellos lo aceptan”, contó Wendy.
Gabriela Mora, dueña de la tienda, dice que desde hace cinco años se dedican a este negocio y que la mayor satisfacción es tener clientes contentos.
Aseguró que las épocas más fuertes son las fechas especiales, como el Día de los Enamorados y, sobre todo, Navidad.
Durante la temporada alta, hasta 50 regalos diarios pueden envolver. Los consumidores buscan, en su mayoría, las bolsas decoradas.
La sorpresa. La idea de envolver regalos, aparte de hacerlos ver más atractivos, es, sin duda, jugar con la sorpresa y la expectativa de quien los recibe. Y eso lo tiene claro Jorge Calderón, quien terminaba de hacer las compras en Plaza Lincoln, en Moravia.
“Vea, podrá ser una bola que, aunque se envuelva, se va a saber que es una bola, pero no se sabe qué color es ni qué textura tendrá. Eso es lo bonito, la sorpresa que uno le lleva al otro”, expresó .
Pero, ¿qué pasa con María José, Carmen y Wendy cuando llegan a sus casas y les piden envolver un regalo? Por supuesto que lo hacen, dijeron las tres, porque dicen que ya es una pasión. ¿Y se fijan en cómo les dan un regalo? También... se fijan en el envoltorio, en el lazo, en la cinta, pero al final, perdonan si está mal envuelto.