El presidente electo, Luis Guillermo Solís, prepara una estrategia para neutralizar el daño que las salidas de Intel y Bank of America pudieron dejar a la imagen del país. El objetivo es ofrecer garantías a los empresarios internacionales de que Costa Rica quiere la inversión extranjera directa, pero no cualquier inversión, sino la más sofisticada.
Solís propondrá un trabajo conjunto entre el futuro gobierno y las empresas instaladas en Costa Rica. Además, pretende reactivar el mercado interno para compensar algunos de los puestos perdidos por medio de una mayor expansión hacia el mercado centroamericano.
Sobre las 3.000 personas que perderán sus empleos en Intel y Bank of America, el mandatario electo afirmó que hablará con los bancos a fin de buscar una línea de crédito para quienes deseen montar empresas con la cesantía.
- Ayer, en un comunicado, usted dijo que reiteraba su compromiso con la inversión extranjera. ¿Puede ahondar en las medidas para contrarrestar estos casos y otros que puedan presentarse en el futuro?
- Bueno, lo primero es que voy a sostener reuniones tan pronto sea posible con el equipo económico del nuevo gobierno, con diversos sectores empresariales costarricenses que operan en Costa Rica. Me parece que resulta urgente definir con ellos una ruta de trabajo para controlar el daño que puedan ocasionar noticias como las de ayer. Estoy seguro de que encontraré el espacio y la voluntad de estos colectivos empresariales para establecer una hoja de ruta y, por medio de acciones puntuales, llegar a emitir señales claras a los inversionistas fuera del país sobre la continuada vocación o voluntad de Costa Rica de seguir atrayendo inversiones. Esto, creo que es muy importante desde el punto de vista de la imagen del país y ahí va a jugar un papel muy importante Cinde (Coaliación Costarricense de Iniciativas de Desarrollo). Y me parece que esta integración de una fuerza de tarea entre el Gobierno y la empresa es lo más razonable en momentos en que los factores que están determinando las decisiones de las empresas para irse de Costa Rica, representan a fuerzas globales y que están fuera del control del Gobierno de la República.
"En segundo lugar, quiero prestar atención dedicada a los desempleados y también a los proveedores de las empresas, porque el efecto social no puede ser menospreciado de ninguna manera. Si bien es cierto, creo que un tercio de la fuerza despedida podrá entrar en una alternativa laboral en un plazo relativamente corto, hay un sector importante de dos terceras partes que no necesariamente se beneficiará de la dinámica que hay en el mercado, especialmente los que no son ingenieros o tienen puestos altamente especializados".
- ¿Cómo atenderlos?
- Bueno, vamos a buscar formas. En el caso de Intel, ayer en las conversaciones con los jerarcas de la institución, hablamos sobre posibles programas de capacitación y formación en emprendedurismo, de manera que parte del grupo pueda utilizar los recursos de la cesantía para iniciar sus propias empresas. Voy a hablar con los bancos a ver si habría posibilidades de facilitar alguna línea de financiamiento para esas empresas y, exploraremos ya después del 8 de mayo, formas específicas en que se puede ayudar a esa población, por lo menos en la atención inmediata de sus principales necesidades.
- ¿Entonces lo que se pretende es una ofensiva a nivel exterior para consolidar la vocación?
La vocación del Gobierno con la inversión extranjera directa.
- ¿Una política similar a la que el país ha tenido en los últimos 20 años o con cierto matiz?
- El matiz es que queremos que las empresas que vengan no sean cualquier tipo de empresas, sino continuar en la lógica en que venimos de promover tecnologías de punta que nos coloquen cada vez más alto en el escalafón productivo. Eso se facilita con las nuevas, eventuales, actividades de Intel que son cualitativamente más elevadas desde el punto de vista del conocimiento de las que existían, no es la manufactura pura, sino que va a ser desarrollo e investigación.
"Entonces, uno, mandar una señal, neutralizar el daño y dar garantías de que el nuevo gobierno no descuidará las vinculaciones externas del país y que continuará promoviendo la inversión extranjera de esa naturaleza, sofisticada y de punta; dos, que no se desamparará a la gente; y tres, acelerar, después del 8 de mayo, el proceso de reactivación de la economía interna de manera tal que tengamos, gradualmente, condiciones de competitividad aumentada en Centroamérica, que es un mercado en donde el valor agregado de las exportaciones costarricenses puede traer mucho beneficio al menos para compensar una parte de los impactos que puedan estar dejando las salidas de Intel y Bank of America.
- ¿Hay mucho espacio en el mercado centroamericano?
- Sí, yo diría que sí. Si Costa Rica se lo propone, podría aprovechar mucho más ese mercado, por ejemplo en Panamá.
- ¿Entonces el término clave es imagen?
- Es un término clave. El otro término clave es competitividad. El tema de la imagen es que la imagen puede ser muy buena, pero si las condiciones no sostienen la imagen, entonces se tiene un piso muy débil sobre el cual sostenerse.
- ¿Y el canal para garantizar esto en los foros empresariales del exterior será Cinde o va a ser el presidente?
- Vamos a ser los dos. Cinde tiene identificados cuáles son esos espacios y yo estoy dispuesto a realizar esa tarea. Me parece que no se trata solamente de un ejercicio de relaciones públicas. Hay que tener cuidado para no aparecer en el exterior ofreciendo lo que no hay. No puedo irme a Estados Unidos y a Europa a decir no sé qué y que, al final de cuentas, me digan 'muchas gracias, gracias por venir, le agradezco mucho, yo lo llamo'. Costa Rica no puede hacer eso, hay que preparar el viaje. Hay que hacerlo de manera tal que garanticemos que somos estratégicos.