El espíritu y la vocación ya la tenían, pero ahora ellos volverán a dar clases el lunes también con un título bajo el brazo.
Cuarenta y cuatro indígenas de varios territorios localizados en Limón se graduaron la mañana de este sábado tras cursar el diplomado en Educación Rural, de I y II ciclos, que imparte la Universidad Nacional (UNA). El acto se realizó en la Escuela Gavilán, en Valle La Estrella.
"Tengo seis años de laborar como docente y este es mi primer título universitario", manifestó Arelis Álvarez Sandoval. Ella destacó el apoyo de la UNA que les brinda con becas e incluso giras para tener "nuevas experiencias de vida".
Sus historias están impregnadas de dificultades por la falta de caminos, los viajes de hasta día y medio para llegar a sus casas, la amenaza de ríos crecidos, serpientes y hasta felinos en a montaña. Sin embargo, también están llenas de entrega, compromiso y ganas de mejorar la vida de sus estudiantes.
"Es difícil, pero nada es imposible cuando te propones una meta. Los objetivos se pueden lograr, pero hay que luchar", asegura Olivier Zúñiga Zúñiga, maestro de San Vicente de Talamanca, territorio cabecar.
Un decreto ejecutivo firmado en 2013, por la entonces presidenta Laura Chinchilla, estableció que las escuelas de territorios indígenas deben tener maestros indígenas.
Ante esa normativa, el mismo decreto permitió al Ministerio de Educación Pública (MEP) nombrar a jóvenes indígenas recién salidos del colegio como docentes, bajo la categoría de aspirantes.
Según la normativa, los únicos requisitos son comprobar que son indígenas, hablar una lengua indígena y haber terminado la secundaria.
LEA: Jóvenes indígenas se vuelven maestros con solo la secundaria
Para 2014, en el país, había 259 escuelas indígenas que atendían a 8.450 menores; además de 31 colegios con 3.000 estudiantes.