Una lección de Artes Plásticas o Música es casi una quimera para los estudiantes de Sulá, en Talamanca, donde solo 12 de cada 100 alumnos reciben estas asignaturas.
Pese a que en el último decenio, el Ministerio de Educación Pública (MEP) aumentó su cobertura en artes y deportes, estas materias siguen ausentes en el currículo escolar de un 60% de las escuelas rurales.
Los zonas costeras e indígenas son las más rezagadas, según el Departamento de Estadísticas del MEP. “Es evidente la alta cobertura en las regiones de la Gran Área Metropolitana y el déficit en zonas fronterizas”, dijo Félix Barrantes, director de Gestión de Calidad del MEP.
Religión es la única asignatura del currículo denominado “especial” que recibe más de la mitad de los estudiantes: un 67,9%, mientras que solo un 10% accede a clases de Artes Industriales.
La escasa cantidad de alumnos de las instituciones rurales que reciben lecciones de deportes y artes, contrasta con la realidad de aquellos jóvenes que asisten a escuelas urbanas, donde un promedio del 80% tiene clases de Educación Física y Música en su jornada semanal.
En San José Norte y Desamparados, solo el 54,7% recibe clases de actividad física, lo que podría explicarse por limitaciones de espacio físico; por ejemplo, falta de canchas de fútbol o gimnasios.
“Esa es la forma de marcar brechas entre los estudiantes. Las llamadas asignaturas especiales son necesarias para la formación integral de los niños. Hay que hacer cambios en los currículos”, sostuvo Barrantes.
Beneficios. Según los especialistas, recibir este tipo de materias en la escuela resulta una motivación para los estudiantes, pues se impulsa la conformación de equipos de trabajo y la sana competencia artística y deportiva.
“Formar parte de un equipo musical o deportivo da un sentido de pertenencia al centro educativo; se convierte en un motivo para que el joven no abandone las aulas”, dijo Francisco Rodríguez, director del Proyecto Apoyo a la Educación para la Reducción del Abandono Estudiantil (Proeduca). En el 2013, unos 45.000 estudiantes de primaria y secundaria abandonaron las aulas.
Según Félix Barrantes, en las escuelas unidocentes es mayor la falta de cobertura de las “asignaturas especiales” (Religión, Música, Educación para el Hogar, Artes Plásticas y Artes Industriales).